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ESPECTÁCULO

Una participante explotó contra sus compañeros de Gran Hermano

Una jugadora se cansó de sus compañeros y dejó en claro su enojo.

Gran Hermano

Desde que comenzó esta temporada de Gran Hermano (Telefe), hubo muchos cambios en el juego, con el ingreso de varios participantes. La primera en entrar fue Virginia, que reemplazó a Chula, que abandonó la casa a pocas semanas de haber comenzado el juego. A pesar de que está hace rato, no logró sumarse al grupo de los originals de Gran Hermano, y la viene pasando mal.

Al terminar la gala del jueves de Gran Hermano, donde se terminó de conformar la placa, Virginia no pudo contener el llanto. Es que, no es la primera vez que no entra en placa, pero luego el líder la sube, porque no es de los originals, pero tampoco de los nuevos. Entonces, la participante se fue a la mesa a llorar, expresando: «Es agotador, voy a ser la nueva de acá hasta la final«.

Sin embargo, se ve que la noche no mejoró, ya que en el momento en que se fue a dormir, tuvo un fuerte conflicto con Rosina y Martín, que no la dejaban descansar. A la mañana, cuando sus compañeros se la encontraron, le preguntaron por lo sucedido, y Virginia no dudó en expresar su enojo. «Dos meses y una semana sin quejarme nunca de que se acuesten tarde, de que hablen, de que griten, de que Rosina entre y golpee la puerta«, sentenció.

Entonces, contó que durante la noche, algunos participantes se sentaron entre las habitaciones a charlar, pero gritando. «Estuve aguantando tres horas acostada, no dormí un chot… y en un momento me hincharon las pelot…, salí«, compartió Virginia. Luego, afirmó: «Esto es adaptación, como dicen, yo en 2 meses y pico no dije nada. Yo he estado durmiendo y entraron todas cagándose de risa, se sientan en las camas y hablan».

«Nunca dije nada, es más, me cago de risa, me levanto y les hago chistes. Pero ayer me superaron, todos los que estaban pelotudeando. No entiendo por qué ahí, la casa es grande. Después vinieron para acá y Rosi se mandó dos gritos de cancha, ¿entendes? Y ahí dije ‘ya está, me hincharon las pelot…’. Me levanté y grité ‘Rosina, ¿es posible que se caguen un poquito menos en los pelotud… que estamos tratando de dormir? Gracias’, y me fui. El silencio duró 10 minutos como mucho«, sentenció Virginia.