Carlos Zambrano jugó tres temporadas en Boca siendo parte del recambio en la defensa. Pero el jugador de la Selección de Perú también fue protagonista de algunos escándalos además de títulos. Sobre todo uno con Darío Benedetto en el entretiempo de un partido, en el que el Pipa golpeó al defensor, quien salió con la cara hinchada a la segunda mitad. Tiempo después, Zambrano volvió a hablar del tema y contó detalles inéditos de cómo se dio el conflicto.
«Fue la primera vez que perdí. Si me pegas, yo voy para adelante. No tengo problema. Pero fue a traición. Se equivocó, lo reconoció en su momento pero yo me quedé con la espina», dijo Zambrano en Enfocados. «Esa huevada se resuelve ahí calentito, yo quería resolverlo ahí. Pero entró al camerino y me pidió disculpas llorando. Se equivocó y toda la gente sabía que se había equivocado».
«Él estaba adelante mío, tirando mierda. Yo le decía: ‘deja de decir huevadas, siempre la misma mierda contigo. Si vas a decir algo, dilo en el camerino. No adelante de la gente, donde todas las cámaras te están viendo’. Siempre le tira mierda a la defensa, estábamos jugando contra Racing», recordó Zambrano. El origen del conflicto fue un reclamo de Benedetto a los defensores que enojó a Carlos.
El golpe de Benedetto a Zambrano
«Ya estaba todo caliente, nos hablábamos con palabras muy altas. Y ahí volteo y BUM, me dio uno de arranque. Yo quiero reaccionar, uno se va para adelante directo, pero los compañeros se meten a separar. Nos habíamos trenzado un poquito, pero uno se queda con la espina. Y mis compañeros me decían: ‘tienes que mecharlo’. La lógica. Pero, ¿Qué iba a hacer? Estamos entrando el camerino, estaban los dirigentes, estaba el entrenador, faltaba el segundo tiempo», continuó relatando el peruano.
«En el camerino, el profesor estaba hablando y dando la charla y yo solo lo miraba a él. La huevada es que teníamos que salir al campo nuevamente y esta huevada no se iba a quedar así. Después salimos al campo y se comenzó a hinchar mi cara. A mí me importa un huevo lo que piense la gente. Pero es incómodo que dos compañeros se peleen. Se ve muy feo en un equipo. Quedó muy mal, se volvió un puterío todo eso», agregó Zambrano.
Zambrano se quedó esperando su revancha, pero nunca se dio. «Después yo pensaba que iba a llegar el momento para darle la ‘sin razón’. Pero nunca llegó. No llegó el momento. Porque en el entrenamiento él era más cordial conmigo. Igual dije, en algún momento iba a haber enfrentamientos delantero – defensor. Estaba esperando el momento, pero no, no me presionaba. Quedó ahí, son cosas del fútbol que no deberían darse”.