Durante el fin de semana, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y el ministro de Economía, Luis Caputo, se reunieron a solas para abordar la deuda que acumula la Nación con la Ciudad de Buenos Aires, por la diferencia de coparticipación no liquidada, tras el fallo de la Corte Suprema favorable al gobierno porteño.
En esa reunión, Macri le explicó a Caputo que puede aguantar hasta junio. Según las estimaciones del Ministerio de Hacienda porteño, a mediados de año se consolidará la caída de la recaudación por Ingresos Brutos y por el desarme de las Leliqs y el tesoro porteño podría entrar en déficit, informó La Política Online.
Desde la Ciudad sostienen que el 90% son recursos propios y el 10% restante corresponde a las transferencias por goteo de Nación. La proporción de fondos propios es mucho mayor a la del resto de las provincias argentinas. El problema es que el 75% de los ingresos propios corresponden a Ingresos Brutos. Con la recesión, la recaudación de ese tributo empieza a caer.
Macri hasta ahora se ha cuidado de presentar una medida en la Corte —como un pedido de embargo— para que la Nación cese su incumplimiento del fallo del máximo tribunal, algo que de continuar podría acarrear consecuencias legales para Caputo. El jefe de Gobierno quiere extremar el diálogo para no detonar la relación con Milei.
La Corte ordenó hace casi 18 meses que Nación restituya a la Ciudad el 1,55% de coparticipación que Alberto le recortó en medio de la pandemia para pagarle un aumento de sueldo a los policías bonaerenses que le habían sitiado la Quinta de Olivos.
Por su parte, admitió que el Gobierno tenía que pagar esa deuda, pero en pleno frenesí de ajuste, hasta ahora no definió cómo devolvería el dinero. La deuda acumulada es de 1200 millones de dólares, pero lo que más preocupa al gobierno porteño, más allá del stock, es que Nación vuelva a cumplir con el porcentaje que fijó la Corte a los giros de coparticipación que todos los días entran a las cuentas de la Ciudad por goteo desde el Banco Nación.
