Ha sabido consolidarse, sin lugar a dudas, como uno de los peronismo más importantes y queridos de su generación. Y es que Sergio Lapegüe siempre se ha mostrado muy cercano a su público, mostrando toda su sensibilidad, empatía y humor. Además, todas las semanas, el conductor de Canal Trece se encarga de compartir diferentes relatos delante de sus seguidores.
Así lo hizo nuevamente para dejar un profundo mensaje y reflexión. «Esta que te voy a contar es una linda historia en donde te das cuenta de que lo mejor es no competir contra nadie; sino contra uno mismo. Resulta que en un bosque, cerca de una ciudad, vivían dos vagabundos. Uno era no vidente y el otro era rengo. Durante el día entero en la ciudad competían el uno con el otro a ver quién tenía más monedas, quién se quedaba con tal esquina… se llevaban mal. Muy mal», comenzó diciendo.
«Los dos vivían en chozas que una noche se empezaron a prender fuego. El ciego no podía escapar porque obviamente no sabía dónde estaban las llamas y no veía hacia dónde correr. El rengo, claro, podía ver que existía la posibilidad de escapar por un lugarcito donde no había fuego, pero no podía salir corriendo porque sus piernas no se lo permitían», continuó el comunicador.
Delante de cada uno delos cibernautas decidió continuar. «El fuego era rápido y salvaje. Lo único que podían ver ambos con seguridad es que se acercaba el momento de la muerte. Hasta que se dieron cuenta de que se necesitaban el uno al otro a pesar de las peleas. Entonces el rengo dijo: ‘Vos podés correr y yo puedo ver. ¿Por qué no nos vamos juntos de acá?'», expuso.
«Se agarraron, se dieron la mano y salieron en ese momento crítico. Se olvidaron de esa estúpida rivalidad y enemistad. Se unieron, se pusieron de acuerdo por un objetivo más importante. El no vidente lo iba a cargar al rengo sobre sus hombros y el rengo le iba a decir por dónde ir. Funcionaron como un solo hombre y así salvaron sus vidas», relató Sergio Lapegüe.
Fue allí cuando él mismo se encargó de dejar su reflexión. «Este cuento habla de que las peleas inútiles van a seguir siendo inútiles si cada uno mantiene su lugar equivocado. Competir contra uno mismo está bien; con el otro también. Pero ser hiriente, ser una mala persona… eso no te lleva a ningún lado. Y muchas veces, la mayoría, juntos se llega más lejos», concluyó.