Jugar en Boca es un deseo de muchos futbolistas profesionales, especialmente aquellos que son hinchas del club. Y solo pocos privilegiados se pueden dar ese lujo. Sin embargo, solo ponerse la camiseta no es suficiente para todos. Y hay algunos que al tener un paso poco feliz la terminan pasando mal. Hasta teniendo que ir a terapia para superar lo ocurrido.
Es el caso de Alexis Rolín. El defensor uruguayo llegó a Boca en 2015 cedido del Catania de Italia, pero apenas llegó a jugar 15 partidos en un año y medio entre lesiones y malos rendimientos. Su pasó generó risas entre hinchas y periodistas, que denostaron su calidad futbolística y sus constantes problemas físicos. Algo que le dejó secuelas que todavía perduran.
«En ese momento yo sentí que era durísimo. Gente particular, periodismo, un montón de cosas incluso ya de manera burlona. La verdad que lo digo hoy tranquilo y puedo hablar del tema, pero hasta hace 3, 4 años me costaba mucho hablar de Boca», confesó el jugador uruguayo en diálogo con el Podcast «Señores Dejo Todo». Allí, Rolín dio cuenta de que hasta tuvo que hacer terapia para superar el mal trago que le dejó Boca.
«Incluso tengo una anécdota con Diego Arismendi, que somos muy amigos y siempre nos regalamos camisetas. Él en la casa colgó camiseta y quería colgar mi camiseta de Boca, y yo le dije ‘no quiero tener que venir siempre a tu casa y acordarme de que la pasé mal en realidad’. Me costó mucho, terapia y un montón de cosas. Entonces le pedí por favor que colgar a mi camiseta de Catania«, reveló el uruguayo.
«Era duro de verdad, porque prendías la tele y había risas. ‘Otra vez se lesionó Rolín’, ‘y que Rolín esto’, ‘y que Rolín lo otro’. Sobrenombres y un montón de cosas. Entonces fue duro, jodido», agregó Rolín, que continuó su carrera en diversos clubes de Sudamérica tanto en Chile como en Paraguay, Colombia y su Uruguay natal. Pero nunca con la exposición que tuvo en Boca.
