Este viernes, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, anunciaron nuevas medidas de seguridad, con el fin de descomprimir las comisarías porteñas, en una clara muestra de unión pública entre la Ciudad de Buenos Aires y Nación.
«Heredamos una sobrepoblación de detenidos en comisarías y alcaldías de la ciudad, es un problema que comenzó en la pospandemia. Llegamos a 2200 detenidos (en enero de 2024) y fue disminuyendo», sostuvo Macri en su discurso, en referencia a las recientes fugas en territorio porteño, informó Radio Mitre.
Con el objetivo de solucionar esta situación, Macri explicó que se avanzará en mejoras físicas de comisarías y alcaidías, remodelar y modernizar y fortalecer la seguridad en algunas dependencias. De cada 100 detenidos, «94 tienen causas en la Justicia Nacional o Federal y el 20% tiene sentencia firme», es decir, «ya están condenados», detalló el jefe del Gobierno porteño.
Además, se implementarán unas 2.000 tobilleras electrónicas para que pueda haber detención domiciliaria en los casos que decida la Justicia para delincuentes no peligrosos y también se impulsará «la deportación de extranjeros ilegales» que delincan, indicó Jorge Macri.
«No hay sentido en que la Argentina esté teniendo que gastar y generar recursos para cuidar a alguien que ha venido a delinquir al país», añadió el jefe de Gobierno porteño. El Ejecutivo de la Ciudad indicó que en el distrito había 60 detenidos en las alcaidías y comisarías en 2020 y que actualmente hay más de 2.000, incluidos 340 extranjeros.
Ayudar al proceso de ordenamiento
Por su parte, Bullrich indicó que «todo esto lleva a apurar los plazos de construcción de cárceles y de establecimientos penitenciarios». La ministra de Seguridad remarcó que las medidas del Gobierno de la Ciudad «ayudan mucho al proceso de ordenamiento que hay que hacer» en lo que refiere a los detenidos.
«No es lo mismo tener a un preso en una cárcel que en una comisaría», subrayó. Y concluyó: «Este es un acuerdo razonable, que realmente nos ha hecho llegar a una conclusión común, porque no podemos vaciar las comisarías de un día para el otro, sino que hay que hacer un proceso».
