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VIDA Y ESTILO

Petrus, Pomerol y las llaves de san Pedro: así es uno de los vinos más prestigiosos del mundo

Francia siempre se distingue por albergar los vinos más prestigiosos y elegantes de nuestro planeta.

Petrus
Pinterest

(Por Carolina Mena Saravia para El Intransigente).- Francia es la cuna más antigua de los vinos más prestigiosos del mundo. La región de Pomerol, en Burdeos, alberga la bodega donde nace Petrus, elixir de gran notoriedad por su calidad, un vino magnífico de guarda, buscado por los coleccionistas y conocedores del buen beber. Su etiqueta se distingue por llevar la imagen de san Pedro, portando las llaves del Reino de los Cielos, ricamente ornamentada, incluyendo el nombre Pomerol y el año de cosecha.

La región de Pomerol se caracteriza por sus “chateaux” rodeados de viñedos con sus bodegas, es justamente por esta razón que el nombre de los vinos de la región está precedido por esa palabra, haciendo honor al paisaje del lugar.

En el caso de Petrus, algunos suelen llamarlo Chateau Petrus, aunque en rigor su nombre debe mencionarse solo, ya que la propiedad no tiene el castillo característico. Son 11,4 hectáreas de viñedos que sobresalen porque un sector, el oriental, se encuentra ubicado sobre una meseta.

Las manos que cuidan la vid

La propiedad perteneció a la familia Arnaud por alrededor de 200 años hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial. En ese tiempo fue adquirido por la señora Loubat, que fue tomando posesión progresivamente en 1925.

La vida no es eterna y a la muerte de la señora Loubat, en 1961, la propiedad pasó a manos de sus herederos. Fue durante su patrocinio cuando el terruño comenzó a dar los frutos de la vid que hoy conocemos como Petrus, el vino símbolo de Pomerol.

A medida que transcurrió el tiempo, la familia incorporó un socio, así es como en 1964 Jean Pierre Moueix compró el cincuenta por ciento de la compañía, para luego adquirir la mitad restante. A su muerte ocurrida en 2003, su hijo mayor, Jean Francois pasó a ocupar el sillón gerencial de Petrus, mientras su hermano Christian se hizo cargo de la dirección de la producción. Todo el proceso bajo la supervisión del enólogo estrella Jean Claude Berrouet, quien a fines de 2007 cedió su lugar a su hijo, también enólogo, Olivier Berrouet.

Petrus
Fuente: La teoría del vino

Su señoría el merlot

¿Cuál es el secreto que encierra este vino tan cotizado, codiciado y anhelado por los amantes del buen vivir? Para develarlo, tenemos que centrarnos primero en la cepa. En la actualidad, las 11,4 hectáreas de la propiedad están plantadas con merlot. En un comienzo, solo el cinco por ciento ocupaba el cabernet franc, tanto es así que a partir del año 2011 el vino se convirtió en monovarietal, su corazón pasó a ser completamente de merlot.

La producción de 2010 fue la última en incorporar escasa proporción de cabernet franc, solo un tres por ciento. Como el vino comienza en la planta, describamos el suelo de Pomerol, en especial compuesto de arcilla, lo que confiere una personalidad única a la vid.

La poda en verde fue una de las vedettes de la bodega. En efecto, su finca fue precursora en esta modalidad en Burdeos. Este singular método consiste en desechar racimos antes de la maduración, en la primera etapa, para optimizar la calidad de los racimos que quedan en planta. “Poco, pero bueno”, sería el lema.

Tan rigurosa es la poda en verde, que en algunas cosechas se llegó a eliminar la mitad de los racimos, por esta razón es que, al ser una vendimia limitada, también lo es la producción, de allí la calidad y los precios que en algunos casos llegan a ser exorbitantes dependiendo de la añada.

Petrus
www.idealwine.net

Una cosecha minuciosa

El cuidado del detalle se extiende también a la cosecha, que se realiza a mano cuidando la integridad del racimo. Se extiende durante dos o tres días. La fermentación se realiza en cemento, controlando la temperatura.

Para la producción del “grand vin” se procede también a una selección rigurosa, donde nada queda librado al azar, y si es necesario se procede al descarte, procurando así la calidad acorde al estatus de Petrus. El envejecimiento se realiza en barricas nuevas de roble, y el vino reposa allí por espacio de veinte meses.

Esta es una de las razones por la que la producción es escasa, llegando a 2500 cajas, aunque el número oscila dependiendo de la característica del clima y los factores ponderables en cada año, tanto es así que ese número de cajas se redujo drásticamente en el año 2003.

El merlot de esta finca le confiere a Petrus un gran cuerpo, suaves taninos y, como todo buen vino que se precie, envejece de maravillas en la botella. Dueño de un marketing singular, Petrus es mencionado como el vino de los vinos en películas y series de televisión, subrayando así su maestría.

Recordemos esa feliz escena de la película “Ratatouille”, donde además de mostrar un París de cuento y ser una excelente guía para conocer de maridajes y manjares, la imagen se detiene en el exigente critico gastronómico Anton Ego, que ordena una botella de Petrus en el restaurante Gusteau’s. De esta forma, los niños, y no tan niños, van tomando conocimiento de la verdadera identidad de un grande entre los grandes.