La famosa red social X, antes conocida como Twitter, fue bloqueada en Brasil por incumplir una orden del Tribunal Supremo Federal (STF) y por la creciente cantidad de discursos de odio en la plataforma. El presidente brasileño, Lula da Silva, se hizo eco del caso y habló sobre el dueño de la empresa, Elon Musk: «No porque tenga mucho dinero puede ir por la vida siendo irrespetuoso«.
«Cualquier ciudadano de cualquier parte del mundo que tenga una inversión en Brasil está sujeto a la Constitución brasileña y a sus leyes. Si el Tribunal Supremo ha tomado una decisión para que los ciudadanos cumplan, estos deberán hacerlo o habrá consecuencias«, señaló Lula en una entrevista en radio Mais PB. El mandatario agregó: «No porque él tenga mucha plata puede ser irrespetuoso. Es un ciudadano americano, no un ciudadano del mundo. No puede ir por ahí ofendiendo presidentes, diputados, al Senado, o Tribunal Supremo».
Lula hizo referencia a Elon Musk, empresario de raices sudafricanas radicado en Estados Unidos. El empresario es conocido por su actitud altanera y soberbia, así como sus conexiones con líderes políticos asociados a la derecha como Donald Trump o Javier Milei. Musk es dueño de X, Tesla, The Boring Company, Neuralink y SpaceX, empresas que van desde la fabricación de automotores eléctricos hasta el diseño de naves espaciales. Sin embargo, X es uno de sus mayores «orgullos».
X en la era de Elon Musk
Antes llamado Twitter, X fue comprado y renombrado por Musk en 2022. Con el rebrand de la empresa, Musk también realizó cambios a nivel estructural dentro de la misma para achicar gastos; así como en filosofía, impulsando una agenda de «libertad de expresión» para sus usuarios, aunque las normas previas ya eran bastante permisivas con el tipo de discurso permitido. La gestión de Musk probó no ser la más eficaz para llevar la red social, pues la reducción del personal llevó a que esta experimente continuos fallos, y la liberación del discurso provocó un aumento en los discursos de odio, fascistas, nazis y la proliferación de noticias falsas, lo que ocasionó un éxodo masivo de anunciantes.
Es precisamente este contexto el que llevó a la intimación de X por parte del STF. El magistrado brasileño, Alexandre de Moraes, había exigido a Musk que nombre a un representante de sus empresas en Brasil, así este pueda responder y pagar deudas existentes y responder ante la creciente ola de mensajes de odio. El plazo que el norteamericano tenía para definir a un representante fue de 24 horas, pero se negó y la justicia brasileña procedió a bloquear el acceso a X en todo el país, así como la cuenta bancaria de Starlink, empresa de internet satelital fundada por Musk
