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ESPECTÁCULO

«Se pudo sobreponer»: Sergio Lapegüe abrió su corazón expuso una emocionante historia

El periodista se manifestó delante de sus seguidores.

Sergio Lapegue
Sergio Lapegue

Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los periodistas más importantes de su generación. Siempre empático, ha sabido ganarse el cariño del público que lo sigue tanto en TN, como en La 100 FM. Esta vez, Sergio Lapegüe se manifestó delante de los cibernautas al contar una historia emocionante.

«¡Hola, amigos! Hoy les quiero contar la historia de Maite Martínez, una mujer que tiene 65 años y que es un ejemplo para todos. Maite creció en Ezeiza junto a su papá, en una familia muy humilde, y a los 14 años tuvo que dejar el colegio. Dejó de estudiar y comenzó a trabajar porque había que ayudar la familia», comenzó diciendo.

«‘Siempre me sentí una todo terreno, y me ganaba mi platita como niñera’, cuenta ella. Después fue empleada doméstica, hasta que a los 18 años empezó a trabajar en un frigorífico como operaria. Ahí conoció a Gerardo, que después se convirtió su marido. Se casó muy joven, a los 21 años, y tuvo cuatro hijos», afirmó Sergio Lapegüe.

«Obviamente se abocó a su familia hasta los 37. Después volvió al ruedo laboral, enganchó un trabajo como auxiliar en una escuela que está pegadita al Aeropuerto Internacional de Ezeiza y algo se encendió en su interior. En 2005 dijo: ‘Me falta el secundario’. Y volvió a estudiar allí mismo, donde trabajaba como portera. Avanzó con lo que le quedaba pendiente del secundario, pero faltando un año, por distintas circunstancias de la vida, tuvo que abandonar. Otra vez», expuso.

Inmediatamente, Lapegüe continuó con su exposición. «Todo el esfuerzo que había hecho… los compañeritos le decían: ‘Tenés que volver a estudiar…’. Y sucedió: en 2022 decidió que ese iba a ser el año para retomar y empezó su tercer intento por terminar la escuela. Le costó acomodarse, claro, pero hace unos meses cumplió el objetivo», dijo.

«Maite tuvo muchos obstáculos y palos en la rueda. Temores, miedos… pero se pudo sobreponer y graduarse. ‘Es como mi mundial… no mi tercera copa, pero sí mi tercera oportunidad. Y no la desaproveché’, dijo ella, a los 65 años. Te quería contar esta historia porque Maite demostró que a lo mejor que nunca es tarde para volver a intentarlo. Hay que insistir y perseverar porque los sueños siempre se pueden conseguir. Te lo dice un amigo», finalizó.