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VIDA Y ESTILO

El vino: la musa eterna del arte

Desde los albores de la humanidad, el vino y la vendimia ha supuesto un motivo fundamental en la vida de los hombres. El arte, por supuesto, se ha nutrido sensiblemente de su importancia en la cultura y las relaciones sociales.

Como hemos mencionado en otras ocasiones, la elaboración de vino constituye, en sí misma, un arte. En efecto, su producción requiere tanto creatividad como una desarrollada sensibilidad estética. La elaboración de vino también supone un medio de expresión, a través del cual se manifiesta el carácter del viñedo, la región y la añada. Del mismo modo, expresa la sensibilidad del productor vitivinícola, la historia y cultura de las personas que lo elaboran y la vitalidad y creatividad de la naturaleza.

En efecto, al igual que la literatura, el vino está cargado de una resonancia emocional, sentidos manifestados a través de metáforas y símbolos, y un contenido narrativo. Se trata de un trabajo cooperativo entre la naturaleza y la cultura, de manera que el vino bien cabría en la categoría de arte ambiental. Sin embargo, la literatura no es el único arte con el que presenta similitudes. Como la música, el vino forja lazos comunitarios. Como la pintura y la escultura, manifiesta la máxima expresión de los materiales con que se elabora.

El vino como objeto de representación

El vino tiene relevancia cultural en más de un aspecto. Así, muchas personas al rededor del mundo han dedicado su vida para elaborarlo o estudiarlo. Podríamos argumentar, incluso, que supone un componente esencial en cualquier comida que incluya a la familia y la comunidad. Sin embargo, es preciso adquirir habilidades sustanciales, experiencia y recursos cognitivos para aprehender el aura particular del vino y cómo opera su micro universo.

Vinos

Desde la antigüedad griega, muchos eruditos han considerado al vino una parte esencial y constituyente de una vida bien vivida. Desde luego que, en ocasiones, el vino deviene en una fuente de placer que no solo produce asombro, sino incluso, inspiración artística.

Algunas de las obras artísticas más inspiradas de la historia deben su referente al vino y su papel en la evolución y el devenir de la cultura. Algunas de las obras de arte inspiradas por el vino más relevantes de la historia son:

El viñedo rojo cerca de Arles

Vincent Van Gogh – 1888

La pintura plasma una escena de un realismo notable. En efecto, se representa la vendimia durante un atardecer, donde predominan los tonos rojos y amarillos (se cree que el color amarillo era el favorito de Van Gogh). El ambiente que logra captar el autor supone una escena cotidiana de la Provenza, un verdadero tributo a la cotidianeidad y a los viñedos.

Baco

Caravaggio – 1598

La obra representa a un dios Baco durante su juventud, diseñado con sus atributos clásicos: las uvas y hojas de vid en el cabello. Sobre la mesa de mármol frente al dios hay un cuenco con frutas y una gran jarra de cristal con vino tinto; con la mano izquierda parece ofrecer al observador un cáliz de vino, como invitando al espectador a acompañarle en la mesa.

El vino aparenta haberse servido hace poco, tal como lo indican la espumilla en la jarra. La palidez de la piel del dios contrasta con las mejillas y las manos ligeramente sonrojadas, lo cual sugiere un leve un estado ebriedad. Se encuentra exhibido en la Galería de los Uffizi de Florencia, Italia.

La vendimia o El otoño

Francisco de Goya – 1786-1787

El paisaje parece tomado de los campos de La Rioja, en España, donde se suceden escenas de recolección tales como esta. El caballero del sector derecho ofrece a la mujer un racimo de uvas, mientras que el niño de espaldas y de pie levanta sus brazos sugiriendo que también quiere tomarlas. En el vértice del triángulo se representa a una vendimiadora con un cesto lleno de racimos sobre su cabeza. Parece estar en actitud de espera, en caso de que quisieran tomar más uvas. En el paisaje del viñedo puede apreciarse a dos vendimiadores en la plenitud de sus faenas. Mientras que a lo lejos se levanta una elevación montañosa y un cielo nublado.

Con seguridad, la pintura, la música y la literatura expresan verdades acerca de la condición humana: guerra, paz, amor, angustia, la lucha por la existencia y la muerte. El vino, por otro lado, expresa verdades acerca de nuestra conexión con la naturaleza, la emergencia creativa y la importancia de la experiencia sensorial. Estos no son asuntos menores, sino los cimientos de la propia condición humana. De manera que no parece existir un argumento consistente en relación a la exclusión del vino por fuera delos dominios del arte.