(Por Carolina Mena Saravia para El Intransigente).- El apogeo del otoño hace las delicias de Beaujeu, en la región de Beaujolais. Todo el pueblo respira vino y espera con ansias el lanzamiento de la fiesta del beaujolais nouveau, el tercer jueves de noviembre, donde turistas, lugareños y visitantes de pueblos aledaños esperan pacientemente que el reloj marque las doce de la noche para dar comienzo a la celebración.
Esta festividad aúna conceptos como vino, cultura y tradición para dar paso a un ritual que cobra fuerza no solo en Francia. La fiesta del beaujolais nouveau ya replica en distintos puntos del orbe. Ilumina cual faro remotos lugares como China y Japón, desatando una alegría contagiosa, acercando puntos geográficos en este mundo globalizado.
Beaujeu toma la posta, y noviembre, centro de las celebraciones del vino beaujolais, desata pasiones en una cuenta regresiva, que como sucede en las celebraciones que dan la bienvenida a un nuevo año, llenan el cielo con fuegos artificiales, desatando algarabía, de la mano de sabores regionales que acompañan las primeras degustaciones de un vino joven que promete.
Todo lo que brilla es vino
Menuda festividad, alegre como pocas, es producto del ingenio de un verdadero mago del mercadeo, Georges Duboeuf, el Rey del Beaujolais, como realmente se lo conoce. El mote no le viene en vano, ya que fue él el motor principal para imponer el beaujolais nouveau como marca registrada en el mundo entero. Su genio lo llevó a ver la oportunidad de que este vino joven pudiera invitar a nuevos consumidores acompañado de una verdadera fiesta, con bombos y platillos.
Y así, de la mano de Duboeuf, apareció la ya célebre frase: “le beaujolais nouveau est arrivé!» (¡el beaujolais nouveau ha llegado!), y con ella se abre paso a la celebración en distintos lugares del mundo. El beaujolais es un vino joven, y la forma de presentarlo le abrió las puertas a un público aún más amplio.
La clave era generar la idea de urgencia y de necesidad. El hecho de ser un vino sin guarda invita a que se lo consuma en corto tiempo, eligiéndose el tercer jueves de noviembre para que hiciera su debut. El mundo espera el acontecimiento. Tokio, Londres, Nueva York se hacen eco del descorche que comienza en Francia y se extiende como reguero de pólvora desde la medianoche hacia distintos puntos geográficos.
Catas, fiestas y eventos temáticos se dan cita a partir de esa noche y acompañan a modo de excusa las celebraciones. El carácter joven del vino también se ve en las etiquetas, que por lo general son coloridas y divertidas, alegría que remarca el concepto que encierra toda la puesta en escena pensada para su lanzamiento.
Está pensado para un público joven, ideal para guiarlo en este mundo con una propuesta suave y frutada, para una experiencia suave y relajada. Los años 80 y 90 dejaron en Japón la marca beaujolais, un verdadero furor se apoderó de este país al punto que se convirtió en el segundo lugar de máximo consumo después de Francia, trasladándolo vía aérea en el menor tiempo posible, asegurando así la frescura.
Con la fama también llegaron las críticas. Se alzaron voces en desacuerdo con la calidad del vino, expresando que esta no correspondía a la envergadura de la presentación que cada año se realizaba. Georges Duboeuf lo planeó y el tiempo mantuvo la magia, acrecentándola.
Vino joven, vino jovial
Joven y jovial son palabras que en esta ocasión se convierten en cualidades del beaujolais. El método de elaboración utilizado es la maceración carbónica que consiste en colocar los racimos de uva enteros en un medio sin oxígeno, logrado por la introducción de dióxido de carbono en el recipiente.
El corazón del beaujolais nouveau está compuesto de la cepa gamay, variedad que aporta sabores y aromas a fruta fresca como frutillas, frambuesas y cerezas, algo de chicle y banana, provenientes de los compuestos que se generan a partir del método de elaboración.
Para preservar la frescura del vino, el embotellado se produce unas semanas después de la vendimia, por lo general en el mes de octubre, para que pueda estar en condiciones el tercer domingo de noviembre, fecha de su lanzamiento, cuando la región al norte de Lyon y al sur de Borgoña se viste de gala, y el pueblo de Beaujeu abre paso a Les Sarmentelles, la festividad que da comienzo con un desfile de antorchas, para culminar en la apertura de botellas, acompañada de música y bajo los estallidos de fuegos artificiales, matizada por las anécdotas vividas durante la vendimia, un claro homenaje a la tierra, pasión de quienes labran en ella su destino.