El Gobierno de Javier Milei se encuentra en la recta final de su primer año de mandato con perspectivas alentadoras de cerrar el año con un superávit fiscal, una hazaña que el sector público nacional no alcanzaba desde 2011. Este logro se ha conseguido mediante una combinación de recortes significativos en el gasto público y la implementación de diversas herramientas impositivas que buscan equilibrar las cuentas públicas y fomentar el crecimiento económico. Siguiendo esta línea, Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, planean con precisión de ajedrecistas el plan para mantener este superávit y reducir los impuestos en 2025.
El equipo económico del Gobierno ha logrado diez meses consecutivos de excedente fiscal primario, antes de contabilizar los intereses de deuda. Este resultado ha sido posible gracias a una fuerte reducción de gastos al inicio de la gestión y recortes en áreas clave como obra pública, transferencias a provincias y subsidios. Además, se ha contado con el apoyo de diversas herramientas impositivas que han reforzado las finanzas públicas.
Incremento de impuestos como refuerzo fiscal
Para consolidar el equilibrio fiscal, el Gobierno ha implementado varias medidas impositivas. Entre ellas, la recomposición de la Cuarta Categoría del Impuesto a las Ganancias, que fue eliminada hacia el final del gobierno de Alberto Fernández. Asimismo, se ha establecido una moratoria para deudas tributarias y se ha lanzado un plan de pagos anticipados de Bienes Personales, todas incluidas en el paquete fiscal que acompañó a la Ley de Bases. El Impuesto PAIS, que dejará de existir a finales de 2024, también ha desempeñado un papel crucial en el proceso de equilibrio de las cuentas públicas.
Reducción drástica del gasto público
El presupuesto para 2024 indicó una marcada reducción del gasto público total, medido como proporción del Producto Bruto Interno (PBI). Según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), esta cifra se situará en un 10,2% del PBI, significativamente por debajo del pico del 19,2% registrado en 2020 durante la pandemia de Covid-19.
Los principales recortes incluyeron una disminución considerable en los gastos de capital y obra pública, que pasaron de representar el 1,2% del PBI en 2023 a prácticamente ninguna erogación en 2024. Las transferencias a provincias también han experimentado un fuerte ajuste, reduciéndose hasta en un 97% en términos de PBI. Además, los subsidios y partidas sociales han continuado una tendencia de reducción iniciada en 2021, con recortes en transferencias corrientes a provincias y en inversión real directa.
En los primeros diez meses del año, la única partida del gasto que mostró crecimiento fue en asignaciones universales para la protección social (27%). En contraste, los mayores recortes se dieron en transferencias de capital a provincias (97%), inversión real directa (71%) y transferencias corrientes a provincias (67,8%).
Estrategias para mantener el superávit fiscal
Para sostener el superávit fiscal y continuar con la estabilización económica, el Gobierno ha establecido una serie de medidas y objetivos. Uno de los pilares fundamentales es mantener el déficit fiscal cero, una meta central en el programa de emergencia iniciado el 10 de diciembre. Esto ha permitido al Banco Central (BCRA) cerrar una de las principales vías de emisión de pesos, eliminando la necesidad de financiamiento del déficit fiscal y habilitando la implementación de otras medidas de estabilización.
Además, se ha contemplado la implementación de una regla fiscal en el Presupuesto 2025, que busca mantener el equilibrio fiscal a largo plazo, aunque su aprobación en el Congreso aún es incierta. La optimización de la recaudación es otro aspecto clave, especialmente con la eliminación del Impuesto PAIS, que se espera que reduzca la recaudación en aproximadamente el 1,1% del PBI. Para compensar esta pérdida, el Gobierno ha decidido incrementar otros impuestos clave como el Impuesto a las Ganancias, los derechos de exportación y el componente impositivo del monotributo, buscando así mantener el equilibrio fiscal sin comprometer el crecimiento económico.
Eliminación del Impuesto PAIS
La eliminación del Impuesto PAIS es una de las medidas más destacadas del plan económico del Gobierno. Este tributo, que ha representado alrededor del 1,1% del PBI, dejará de existir a finales de 2024, lo que permitirá reducir significativamente el costo de insumos para la producción y productos terminados importados. Esta medida busca «nivelar la cancha» para diversos sectores productivos, eliminando barreras económicas que afectaban la competitividad de las empresas argentinas en el mercado internacional.
Para contrarrestar la caída en la recaudación causada por la eliminación del Impuesto PAIS, el Gobierno implementará un aumento en el Impuesto a las Ganancias, que pasará de representar el 4,42% del PBI este año a un 5,05% en 2025, lo que se traducirá en una recaudación nominal de $38,5 billones. Además, los derechos de exportación incrementarán su peso tributario del 0,96% al 1,43% del PBI, y el componente impositivo del monotributo duplicará su participación, pasando del 0,04% al 0,09% del PBI, alcanzando los $472.900 millones para la Administración Nacional.
Desafíos y recomendaciones de expertos
A pesar de los avances, el Gobierno enfrenta desafíos significativos para mantener el superávit fiscal y reducir los impuestos. Uno de los principales retos son las Letras Capitalizables (Lecaps), cuyos intereses generados por más de $4,5 billones no impactan en las cuentas fiscales hasta su cancelación, lo que podría complicar la dinámica fiscal futura. Además, la pérdida de recaudación derivada de la eliminación del Impuesto PAIS y otros ajustes impositivos podría no ser suficiente para mantener el equilibrio fiscal sin comprometer el crecimiento económico.
La Fundación Mediterránea ha destacado la importancia de continuar con el equilibrio fiscal como pilar para estabilizar los precios y recuperar la capacidad de crecimiento. Recomienda mejorar la calidad del gasto público, ordenar el sistema tributario, reformar la coparticipación federal de impuestos y el sistema previsional para asegurar la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
El Gobierno de Milei debe equilibrar cuidadosamente sus estrategias para mantener el superávit fiscal mientras reduce la presión tributaria sobre los ciudadanos y las empresas. La combinación de recortes de gastos, ajustes impositivos y medidas para aumentar la recaudación serán cruciales para lograr estos objetivos sin comprometer el crecimiento económico. Además, la coordinación efectiva entre el equipo económico y la aprobación legislativa será determinante para el éxito de este ambicioso plan.