El Papa Francisco fue entrevistado por la ex directora de la agencia Télam, Bernarda Llorente. Esta conversación, que duró unos cuarenta y cinco minutos, tuvo mucho contenido. Reflexionó sobre su rol como guía espiritual para el mundo cristiano y como árbitro de la paz junto a sus pares de otras religiones.
Además, se refirió a la guerra en el mundo, al nuevo pensamiento que reina en torno a la economía y a los conflictos de la educación en Argentina y otros países. Sin embargo, Bernarda lo condujo a reflexionar sobre la situación del país y Bergoglio dio su punto de vista sobre la actualidad.
Uno de los puntos que resaltó fue la importancia de mantener el prestigio intelectual argentino. Bergoglio apuntó a la necesidad de preservar y promover la cultura, la lectura y la literatura para la formación humana. «No podemos deshumanizarnos frente a la inteligencia artificial», señaló, haciendo referencia a su disertación en el G7 pasado.
Un año de esperanza
Para el calendario católico, el año 2024 fue el año de la oración. Este año que se avecina será el de jubileo. Francisco, al ser consultado, comentó el objetivo de esta denominación. «El jubileo es un concepto antiquísimo, en el jubileo había que perdonar todas las deudas. Por eso, algunos vivos pedían préstamos tres años antes a los judíos», comentó socarronamente.
«El jubileo es un jubileo de renovación total, de perdón», informó. «A veces tengo miedo de que se lo asuma como una forma de turismo religioso», agregó, meditando. Para el Papa, la relación que existe actualmente entre los católicos y la iglesia exige una renovación, y es a lo que él apunta desde que asumió el trono de San Pedro en el 2013.
Sin embargo, entendiendo el riesgo que asume de la concepción de un «turismo religioso», indicó que decidió extender esta agenda eclesiástica a todas las diócesis. Con eso no será necesario viajar, porque la importancia de este año sagrado está, según afirma Bergoglio «adentro, en esas cosas pendientes que quedan archivadas adentro de uno».
Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón.
El saludo para los argentinos
Finalmente, Llorente le preguntó «¿Cómo cree usted que será recordado?» En medio de bromas sobre su muerte y biografías, el Pontífice respondió: «me digo a mí mismo que soy un pobre desgraciado a quien Dios le tuvo mucha misericordia. Y, con esta verdad, puedo ser recordado muy bien».
«A la iglesia la veo adaptándose a las transformaciones que la época va requiriendo», agregó. Y, ante la alusión de Argentina, Francisco respondió: «A los argentinos, al gran pueblo argentino, Salud», rememorando el Himno nacional.
«Que sigan luchando, que se defiendan de las ideologías y que no se dejen engañar con los que les venden maní. Que luchen por sus derechos», brindó, finalmente.
