Por ludopatía debemos entender que refiere a un trastorno psicológico que constituye una compulsión irrefrenable a apostar. Desde luego, semejante condición perjudica e incide de manera negativa en la vida personal y social, trayendo consigo graves consecuencias.
Una diferencia sustancial respecto a los otros tipos de adicciones es que esta que no precisa de sustancias externas o del organismo en sí para desenvolverse.
De manera tradicional, los jugadores patológicos solían ser adultos mayores de 45 años; es decir, personas adultas capaces de ser conscientes y de administrar el dinero que por alguna razón adquieren dicho hábito.
Sin embargo, el nuevo avatar de juego virtual consiguió desplazar este perfil hasta llegar a jóvenes entre 15 y 35 años, debido fundamentalmente a la accesibilidad a las apuestasonline a través de dispositivos móviles, así como también la fuerte publicidad en redes sociales y el mundo deportivo.
De acuerdo con un informe llevado a cabo por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires un 12,5% de la juventud argentina de entre 15 y 24 años realizó alguna apuesta online en algún punto de su vida. Por su parte, esta cifra aumenta al 15,5% en el grupo de 25 a 34 años.
Esta problemática aumenta en términos de preocupación cuando se observa que la edad de inicio en las apuestas decrece. La provincia de Buenos Aires recientemente asumió una respuesta a este asunto que consistió en no otorgar nuevas licencias para apuestas online, con el solo propósito de salvaguardar la salud mental de los jóvenes.
Por su parte, el gobierno porteño implementó medidas para regular la publicidad de apuestas e intimó a influencers y celebridades a no contribuir con su promoción, advirtiendo posibles acciones legales futuras en caso de desestimar la advertencia.
Algunos indicadores de los casos de ludopatía
Los jóvenes, al igual que en el caso de los adultos, si se halla involucrado en un caso de ludopatía, procederá a ocultar su comportamiento. Asimismo, muy probablemente buscará alternativas que pueden implicar peligros diversos y dinero. Paralelamente, irá descuidando de manera paulatina otras áreas, entre las cuales se encuentra el juego en su faceta positiva, favoreciendo, en cambio, esta otra forma más automática y de retribución comportamental inmediata.
De ese modo, algunos indicios de casos de ludopatía en niños y adolescentes consisten en apostar cuando se siente ansioso o deprimido, manifestar irritación si no juega (o una imposibilidad de separarse del smartphone), Solicitar dinero a otras personas: a otros familiares, a amigos e incluso a sus docentes, pidiendo que no se lo comunique a los padres.
Asimismo, un indicio que tiende a estar siempre presente es el de vender sus pertenencias como, por ejemplo, otros juegos e indumentaria. Algunos llegan a robar a compañeros o a los padres. Por otro lado, como todo adicto, llegan a arriesgar aspectos importantes de la vida, tales como amistades y estudios por el juego. Otra constante en la búsqueda de revancha. Es decir, perder dinero pero tener la idea recurrente de una apuesta que lo recupere y así apostar cada vez más dinero. Por otra parte, las mentiras y la imposibilidad de dejar el hábito están siempre presentes.
