El Papa Francisco lanzó «Esperanza», la primera parte de su autobiografía escrita durante 6 años junto al periodista italiano Carlo Musso. El libro, que estará disponible desde el 14 de enero en Italia y posteriormente en otros 80 países, aborda su infancia y adolescencia, marcadas por historias familiares, tragedias y experiencias que moldearon su vida y pontificado.
Uno de los episodios más destacados del libro es el naufragio del transatlántico Princesa Mafalda, conocido como el «Titanic italiano». Francisco relata cómo sus abuelos y su padre, Mario, estaban a punto de embarcarse rumbo a Buenos Aires en 1927, pero tuvieron que devolver los pasajes al no lograr vender sus pertenencias a tiempo. «Por eso estoy ahora aquí. No se imaginan la de veces que he agradecido a la Divina Providencia», escribe el Papa en referencia al naufragio que pudo cambiar su destino.
Los recuerdos de su infancia y la calle Membrillar
Francisco también comparte detalles de su vida en el número 531 de la calle Membrillar, en Buenos Aires. Describe la casa donde creció con sus padres y hermanos, el vecindario y las historias que marcaron su niñez. Entre ellas, menciona a vecinas como Margot, una peluquera que crió a su hijo en medio de prejuicios sociales, y a dos hermanas conocidas en el barrio por su vida como prostitutas.
«Cuando alguien dice que soy un Papa villero, solo rezo para ser siempre digno de ello», comenta Francisco, recordando cómo recorría las villas y conocía de cerca las realidades más difíciles.
Episodios trágicos y aprendizajes
En su adolescencia, el Papa vivió tragedias que lo marcaron profundamente, como el caso de un compañero de clase que cometió un asesinato y luego se quitó la vida, y otro que mató a su madre. Estos episodios, según cuenta, lo llevaron a reflexionar sobre el sufrimiento humano y la importancia del perdón y la empatía.
Un vínculo con Borges
En un capítulo destacado, Francisco relata su encuentro con Jorge Luis Borges, a quien invitó a dar lecciones en el colegio donde enseñaba literatura y psicología en Santa Fe. «Borges, ya casi ciego, aceptó viajar ocho horas en autobús para compartir sus conocimientos», recuerda el Papa. También menciona cómo Borges recitaba el Padre Nuestro cada noche en honor a su madre, a pesar de ser agnóstico.
«Esperanza» no solo aborda su historia personal, sino también cuestiones universales de espiritualidad y humanidad. Francisco se sincera sobre sus experiencias y cómo estas lo llevaron a construir una visión de fe basada en la empatía y el servicio a los demás.
