El Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el equipo económico liderado por el ministro de Economía, Luis Caputo, continúan ajustando las políticas monetarias con el objetivo de consolidar la tendencia a la baja de la inflación. Tras la decisión de reducir el ritmo del crawling peg al 1% mensual a partir de febrero, las miradas ahora se posan en la posibilidad de un recorte en la tasa de interés de referencia.
El anuncio del crawling peg más lento, que busca moderar el ritmo de devaluación del dólar oficial, es parte de un esquema para reducir la nominalidad de la economía. Con un Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre que marcó un 2,7% mensual, las expectativas para enero y febrero, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del propio BCRA, se ubican en 2,5% y 2,3%, respectivamente.
Esta desaceleración inflacionaria le daría al Banco Central margen para disminuir la tasa de política monetaria, actualmente en 32% anual (equivalente a un 2,6% mensual efectivo), que se había reducido desde el 35% en noviembre de 2024. Sin embargo, el ajuste de las tasas debe realizarse cuidadosamente para mantener el atractivo de los instrumentos en pesos frente a la inflación y evitar un posible desequilibrio en el mercado financiero.
El desafío del equilibrio
La estrategia del BCRA busca mantener un rendimiento positivo en las inversiones en pesos para incentivar el carry trade, mecanismo mediante el cual los inversores extranjeros ingresan capital al país para aprovechar el diferencial de tasas de interés en relación con la inflación. Según estimaciones de consultoras financieras como 1816 y Portfolio Personal Inversiones, la tasa de referencia podría disminuir entre 300 y 500 puntos básicos, situándose entre 27% y 29% anual.
«El ritmo más lento del crawling peg permitiría reducir la tasa de interés sin comprometer el esquema de incentivos en pesos. Un diferencial de tasa razonable frente al dólar oficial es clave para sostener el flujo de reservas del BCRA y continuar la recuperación económica», señalaron desde Portfolio Personal.
El impacto en el mercado y las reservas
El ajuste de tasas también busca evitar un excesivo atraso cambiario. Aunque el presidente Javier Milei descartó esta posibilidad, analistas de LCG advirtieron que las recientes intervenciones del BCRA en los mercados de dólar contado con liquidación (CCL) y MEP podrían reflejar tensiones en el mercado cambiario. «La reducción del ritmo de devaluación podría perder eficacia si persisten incertidumbres sobre la evolución del dólar, lo que podría retrasar decisiones sobre la tasa», mencionó un informe de la consultora.
En paralelo, la licitación de deuda en pesos que llevará adelante la Secretaría de Finanzas este miércoles será un indicador clave para el BCRA, ya que los niveles de tasa que valide el Tesoro podrían influir en las decisiones del Directorio del Banco Central, que se reunirá este jueves.
Perspectivas hacia febrero
Con la implementación del crawling peg más lento a partir del próximo mes, la posibilidad de un recorte en la tasa de referencia sería una señal del BCRA para reforzar las expectativas de desinflación en el mercado. Según GMA Capital, «una reducción de la tasa podría ser interpretada como un mensaje claro sobre el sendero esperado de inflación y su relación con la política monetaria».
No obstante, el recorte deberá calibrarse con precisión para evitar un desbalance en el mercado cambiario y financiero. Al mismo tiempo, el Gobierno busca consolidar la estabilidad macroeconómica como parte de un plan integral que incluye nuevas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para garantizar fondos adicionales y reforzar las reservas internacionales.