El Gobierno nacional ha intensificado su estrategia de incorporar a dirigentes opositores en su proyecto político. Este movimiento, impulsado tras el alejamiento del senador Luis Juez del PRO, busca capitalizar el descontento dentro de la oposición y fortalecer su base de cara a las próximas elecciones. El mensaje es claro: «Tabula rasa» para quienes demuestren lealtad a La Libertad Avanza.
La reciente renuncia de Juez a la presidencia del bloque PRO en el Senado y su declaración de intenciones para alinearse con Javier Milei generaron entusiasmo en la Casa Rosada. Juez, quien mantiene una relación cercana con el presidente, es considerado una incorporación clave para el oficialismo en Córdoba, un distrito crucial en la estrategia libertaria.
En paralelo, la primera línea del oficialismo ha puesto la mira en figuras destacadas del PRO bonaerense, como Diego Santilli y Cristian Ritondo. Ambos son valorados por su experiencia política y su capacidad para construir consensos, aunque no han confirmado intenciones de abandonar su espacio actual. Santilli, en particular, se perfila como un posible candidato de consenso en la provincia de Buenos Aires, mientras que Ritondo mantiene un diálogo fluido con el asesor presidencial Santiago Caputo.
Otros nombres destacados incluyen a los intendentes Guillermo Montenegro (Mar del Plata) y Santiago Passaglia (San Nicolás), quienes comparten electorado con los libertarios y podrían fortalecer la posición oficialista en distritos clave.
La UCR como terreno fértil para acuerdos
El oficialismo también ha puesto su atención en dirigentes de la UCR que han mostrado afinidad con las ideas de Milei. Figuras como el ministro de Defensa Luis Petri y los diputados apodados «radicales peluca» —Mariano Campero, Luis Picat, Martín Arjol y Pablo Cervi— ya se han sumado a las filas libertarias. Además, otros legisladores radicales que enfrentan el fin de sus mandatos en diciembre podrían estar abiertos a negociaciones.
Sin embargo, la incorporación de dirigentes radicales no está exenta de tensiones. Algunos referentes del oficialismo han expresado desconfianza hacia figuras como Pamela Verasay, quien responde al gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo. Aunque Cornejo ha colaborado en algunos proyectos del oficialismo, su alineación estratégica sigue generando dudas en Balcarce 50.
Relación con los gobernadores peronistas
El oficialismo también evalúa posibles acuerdos con gobernadores peronistas como Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca), quienes han mostrado un distanciamiento del PJ liderado por Cristina Kirchner. Ambos mandatarios han brindado apoyo parlamentario al Gobierno, lo que podría facilitar una colaboración más estrecha en el futuro.
La estrategia del oficialismo es clara: los dirigentes que se sumen deben demostrar un compromiso definitivo con La Libertad Avanza y aceptar las condiciones impuestas por el equipo de Milei. «La agenda la ponemos nosotros», suele reiterar Caputo en reuniones privadas, dejando en claro que los acuerdos se centrarán exclusivamente en candidaturas y no en una negociación amplia de la agenda política.
