Luego de conocerse el superávit fiscal de enero y en medio de la polémica por la criptomoneda $LIBRA, el banco de inversión Morgan Stanley destacó que el orden en las cuentas públicas es “un activo en las negociaciones con el FMI” y resaltó el compromiso del Gobierno de Javier Milei con la disciplina fiscal.
En un informe reciente, la entidad subrayó que el saldo positivo en las cuentas públicas se logró “a pesar de elevados pagos de intereses” y que la recaudación tributaria, impulsada por la actividad económica, contribuyó a este resultado. Según el análisis, el superávit financiero de enero fue de $600.000 millones, lo que equivale al 0,1% del PBI, mientras que el superávit primario alcanzó los $2,43 billones, representando el 0,3% del PBI.
El informe detalló que los ingresos totales cayeron un 2% en términos reales, principalmente por la disminución de ingresos no tributarios. Sin embargo, la recaudación tributaria se mantuvo estable, sostenida por los aportes a la seguridad social, el IVA y los impuestos a las ganancias y débitos. La caída en la recaudación de bienes personales y los tributos al comercio exterior fueron los principales factores que moderaron el crecimiento.
Gasto público y equilibrio de las cuentas
En términos de gasto, el informe destacó que el gasto primario del Sector Público Nacional sumó $8,67 billones en enero, con un incremento interanual del 109,5%. Las prestaciones de la Seguridad Social representaron $5,67 billones, con un aumento del 112,5%, reflejando el impacto de la fórmula de movilidad y la adecuación del DNU 274/24, que ajustó los haberes en función de la inflación.
Por otro lado, las remuneraciones del sector público ascendieron a $1,34 billones, lo que representa un alza del 94,1%, en línea con los incrementos acordados en paritarias. La única reducción real en el gasto se observó en los subsidios económicos.
“El resultado fiscal de enero refuerza la evidencia del compromiso del Gobierno con la disciplina fiscal. El equilibrio de las cuentas públicas es el pilar central del programa de estabilización y un activo en las negociaciones con el FMI”, afirmó Morgan Stanley en su reporte.
La estrategia del Gobierno y las expectativas para 2025
En este contexto, el Ministerio de Economía, que encabeza Luis Caputo, buscará aprovechar el superávit fiscal como argumento clave en la renegociación con el FMI, con el objetivo de alcanzar un nuevo acuerdo que incluya financiamiento adicional. Caputo adelantó que aún no puede precisar el monto, pero confirmó que las negociaciones están en sus etapas finales e incluirán un nuevo esquema cambiario.
Morgan Stanley proyectó que el Gobierno continuará en esta línea, esperando que los ingresos vinculados a la actividad económica compensen la eliminación del impuesto PAIS, la caída en la recaudación del blanqueo y la menor recaudación del impuesto sobre los bienes personales.
En la misma línea, un informe del Grupo SBS advirtió que los desafíos fiscales de 2025 podrían surgir tanto en los ingresos como en el gasto. La pérdida de vigencia del impuesto PAIS, que representaba 1,2 puntos del PBI en 2024, implicará una dificultad adicional para el Tesoro. “Será necesario compensar estos ingresos en un contexto donde, si bien se espera una recuperación económica respecto a 2024, la vigencia de los controles cambiarios y el aumento de los costos en dólares podrían limitar el crecimiento de la recaudación”, explicó la consultora.
Margen disponible para nuevos recortes
En cuanto al gasto, SBS señaló que la baja de la inflación reducirá el efecto de la “licuadora”, lo que llevará al Gobierno a implementar ajustes adicionales mediante la “motosierra”. A su vez, subrayó que “todavía hay margen para recortes en el gasto salarial y en los subsidios económicos”.
Por su parte, la consultora Empiria sostuvo que repetir en 2025 el desempeño fiscal de 2024, con un superávit financiero del 0,3% del PBI, será un desafío. Otro factor a considerar es el impacto del recorte de alícuotas de derechos de exportación, con un costo fiscal estimado en USD 800 millones, aunque algunas proyecciones privadas lo elevan a más de USD 1.000 millones.