El presidente Javier Milei reafirmó su compromiso de eliminar las restricciones cambiarias este año. Sin embargo, el levantamiento del cepo dependerá de múltiples factores, entre ellos las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la acumulación de reservas en el Banco Central.
A pesar de las expectativas generadas en los mercados, en las últimas semanas algunas regulaciones se endurecieron, lo que genera incertidumbre sobre la estrategia del Gobierno. Según estimaciones de analistas, las restricciones podrían mantenerse al menos hasta las elecciones de medio término en octubre, ya que la administración libertaria busca evitar volatilidad cambiaria y un posible impacto inflacionario.
Los principales controles que afectan al mercado cambiario
Actualmente, Argentina mantiene una serie de restricciones que limitan el acceso al dólar y afectan tanto a empresas como a inversores. Entre ellas, se encuentran la restricción cruzada, que impide comprar dólares en el mercado oficial si se han realizado operaciones en el mercado paralelo en los últimos 90 días; la obligación de depositar los dólares obtenidos por la compra o venta de valores en cuentas bancarias antes de poder reinvertirlos; y el límite diario de operaciones para inversores extranjeros, que no pueden superar los 200 millones de pesos (menos de 190.000 dólares) en compras y ventas de valores sin notificación previa al Banco Central.
También persisten normas como el parking de un día, que obliga a los inversores a mantener activos en cartera antes de venderlos por dólares; la restricción a la compra de dólar ahorro, que establece un tope de 200 dólares mensuales con recargos impositivos; y la imposibilidad de las empresas multinacionales de transferir dividendos al exterior, lo que ha generado una acumulación de utilidades retenidas estimada en 6.000 millones de dólares.
En el caso de las importaciones, el Gobierno ha reducido los plazos para acceder a los dólares. Mientras que antes el promedio de espera era de 180 días, actualmente ronda los 30 días. Sin embargo, no hay acceso inmediato a las divisas, lo que continúa afectando a sectores productivos que dependen de insumos importados.
El endurecimiento del cepo antes de una eventual flexibilización
El Banco Central implementó nuevas regulaciones que prohibieron a los bancos vender en el exterior bonos corporativos adquiridos con dólares obtenidos en el mercado de capitales. Asimismo, acortó el período para que los exportadores agrícolas liquiden sus divisas si desean beneficiarse de la reducción temporal de retenciones.
Otra medida reciente fue la reducción de la tasa de depreciación del peso del 2% al 1% mensual. Esto perjudica a los exportadores, ya que deben vender sus dólares en el mercado oficial a un precio que no acompaña la inflación, actualmente cercana al 2,2% mensual. Como respuesta, el Gobierno aplicó una reducción en los derechos de exportación para mitigar el impacto sobre el sector agropecuario.
En paralelo, el Banco Central ha incrementado sus ventas de reservas para evitar una mayor depreciación del tipo de cambio paralelo y contener la brecha cambiaria. Solo en la primera quincena de enero, las ventas ascendieron a 619 millones de dólares, acumulando casi 2.000 millones de dólares en los últimos seis meses.
Los desafíos del Gobierno para salir del cepo
Uno de los principales temores del oficialismo y de los inversores es que la eliminación de los controles cambiarios pueda derivar en una devaluación abrupta, lo que podría interrumpir el proceso de desinflación en marcha. Desde la asunción de Milei, la inflación anual cayó del 211% al 118%, lo que se ha convertido en uno de los principales logros del Gobierno de cara a las próximas elecciones.
A pesar de este avance, las reservas internacionales siguen en niveles bajos, rondando los 28.700 millones de dólares, una cifra similar a la que había cuando Milei asumió el cargo. En términos netos, las reservas continúan en terreno negativo, con un saldo estimado en -4.500 millones de dólares, según cálculos del Grupo Cohen.