El presidente Javier Milei busca avanzar en un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda argentina y obtener financiamiento, a pesar de que su principal referente liberal en Argentina, Alberto Benegas Lynch (padre), ha criticado duramente a los gobiernos que recurren a esta entidad financiera.
En 2019, Benegas Lynch afirmó: «El FMI sirve para financiar a gobernantes ineptos que cuando están por renunciar o, empujados por la realidad, revertir sus fracasadas políticas estatistas reciben cuantiosos recursos a bajas tasas de interés con períodos de gracia al efecto de continuar con un adiposo Leviatán». La declaración fue en el marco de una crítica directa al gobierno de Mauricio Macri, que había firmado el acuerdo más grande de la historia con el organismo en 2018.
El problema para Milei es que ha reconocido en reiteradas oportunidades a Benegas Lynch (padre) como «el máximo prócer del liberalismo argentino» y su mentor en la doctrina libertaria. Sin embargo, ahora busca financiamiento del FMI, a pesar de que esa decisión va en contra de los principios que el propio histórico economista ha defendido durante décadas.
Desde el inicio de su gobierno, Milei ha intentado mostrarse como el líder de una «revolución liberal» y ha criticado el uso del endeudamiento estatal como herramienta de financiamiento. No obstante, la necesidad de evitar una crisis cambiaria y sostener el plan de ajuste lo ha llevado a negociar con el organismo multilateral, algo que incluso su referente liberal consideró como una práctica de gobiernos estatistas.
Las intenciones de Javier Milei con el FMI
El acuerdo con el FMI implica la posibilidad de obtener nuevos fondos para reforzar las reservas del Banco Central, así como también refinanciar vencimientos próximos. Sin embargo, para sectores liberales ortodoxos, esto representa una señal de debilidad y dependencia estatal, lo que choca con la promesa de Milei de eliminar la intervención del Estado en la economía.
En el entorno libertario han comenzado a surgir voces que cuestionan la coherencia del gobierno en este aspecto. «El FMI es una institución que no debería existir», había dicho el propio Milei en 2022. Ahora, su gobierno se apoya en el Fondo para sostener la estabilidad económica, lo que lo expone a críticas incluso dentro de su propia corriente ideológica.
El contraste entre el discurso y la realidad plantea un desafío para Milei, quien debe conciliar su ideología con las urgencias económicas del país. Mientras tanto, la postura de Benegas Lynch padre sigue vigente: el FMI no es una solución, sino una herramienta para perpetuar el intervencionismo estatal que Milei decía combatir.
