Desde la asunción del nuevo gobierno, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) compró más de USD 25.000 millones en el mercado oficial, pero solo logró retener USD 7.000 millones como reservas netas. El dato fue confirmado por el vicepresidente de la entidad, Vladimir Werning, durante una presentación ante banqueros centrales en Basilea, Suiza, y se convirtió en una de las principales alertas que monitorea el Fondo Monetario Internacional en la recta final de las negociaciones por un nuevo acuerdo.
La cifra expone la fragilidad persistente en el frente externo y confirma lo que ya había advertido el viceministro de Economía, José Luis Daza, ante la comisión bicameral del Congreso: si bien se corrigieron algunos desequilibrios heredados, las reservas netas continúan en terreno negativo. El propio presidente Javier Milei había indicado semanas atrás que unos USD 5.000 millones de esas compras aún no fueron esterilizados.

Una regla monetaria que compromete los dólares
Según explicó Werning, el drenaje de reservas se relaciona con el uso de divisas para afrontar pagos de deuda y con la aplicación de la regla monetaria implementada desde mediados de 2024. Este esquema obliga al BCRA a esterilizar todos los pesos emitidos para comprar dólares del mercado oficial, vendiendo parte de esas divisas en el contado con liquidación (CCL). Aunque no se trata de una obligación automática como en el caso del dólar blend, esa intervención discrecional limita la capacidad de acumulación neta de reservas.
De acuerdo con el análisis de la consultora 1816, el Tesoro también comenzó a comprarle divisas al BCRA para reforzar su cuenta en dólares, con el objetivo de afrontar vencimientos de bonos en moneda extranjera a mitad de año. Esta operación estaría motivada por la necesidad de reducir el exceso de pesos circulantes, que superaba los 47 billones estipulados en la regla monetaria.
El Decreto de Necesidad y Urgencia que habilitó el nuevo acuerdo con el FMI ya había dejado constancia de la crítica situación: las reservas netas al 10 de diciembre eran negativas por USD 11.200 millones. Desde entonces, el BCRA compró USD 7.034 millones, pero apenas una fracción pudo consolidarse como activo neto.
El FMI exige señales claras y dólares frescos
La acumulación sostenida de reservas se convirtió en el núcleo de las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional. Según Bloomberg, esta semana habrá una reunión informal del staff técnico del organismo con los directores para analizar los términos del entendimiento. El programa, que podría alcanzar los USD 20.000 millones, incluiría refinanciamiento de vencimientos, fondos frescos para apuntalar las reservas y eventualmente la cancelación de Letras Intransferibles.
El FMI insiste en la necesidad de avanzar hacia un esquema cambiario que promueva una mayor liquidación de exportaciones, lo que incluye, entre otras cosas, la eliminación del dólar blend. También busca garantizar un marco de política monetaria más sólido, con autonomía reforzada para el BCRA.
Un informe de Abeceb advirtió que las indefiniciones actuales sobre el régimen cambiario frenan las liquidaciones del agro, una situación que agudiza las tensiones en el mercado. En la misma línea, la consultora Vectorial consideró que, incluso con un desembolso inicial importante del FMI, no está garantizado el “puente” hacia la apertura del cepo si el Gobierno no logra estabilizar la economía y mantener el ritmo de desinflación hasta las elecciones de octubre.
¿Alcanzará el nuevo acuerdo para estabilizar la economía?
Según Suramericana Visión, el think tank del exministro Martín Guzmán, el organismo podría estar dispuesto a financiar más de USD 5.000 millones adicionales e incluir un esquema que cubra vencimientos hasta marzo de 2029, lo que elevaría el programa a cerca de USD 20.000 millones. El Gobierno, por su parte, buscaría una suma aún mayor, con un desembolso inicial más elevado que lo habitual para los programas de Facilidades Extendidas.
Esa pulseada se definirá en los próximos días, cuando las negociaciones entren en su fase final. Mientras tanto, el dato que reveló Werning en Suiza confirma que, más allá del superávit fiscal y la desaceleración inflacionaria, el talón de Aquiles de la estrategia económica sigue siendo el mismo: la falta de dólares en las reservas netas del Banco Central.