La antesala del próximo Superclásico ya empieza a calentarse, y en este contexto, Bichi Borghi lanzó una observación inesperada sobre Marcelo Gallardo. El ex entrenador de Boca elogió al actual técnico de River, pero también expresó su sorpresa por verlo tan pronto de regreso en el fútbol argentino, luego de su paso por el Al Ittihad de Arabia Saudita.
En diálogo con DSports Radio, Borghi valoró todo lo que Gallardo logró en su primera etapa en el club de Núñez, donde conquistó dos Copas Libertadores, aunque reconoció que su regreso está siendo más desafiante. «Admiro mucho a Gallardo, pero las segundas partes son difíciles. Yo esperaba verlo dirigir en Europa a esta altura», confesó el exfutbolista.
El retorno de Gallardo a River se dio en 2024, luego de su breve y poco exitosa experiencia en Arabia. A pesar de que su equipo mostró una mejora notoria en su última presentación, goleando 3 a 0 a Gimnasia en el Bosque, el desafío de volver a moldear un conjunto tan competitivo como el de su primer ciclo sigue siendo enorme para el «Muñeco».
Boca, River y un Superclásico sin grandes favoritos
Además de analizar el presente del club de Núñez, Borghi también se refirió a la situación actual de Boca, equipo que él mismo dirigió durante la temporada 2010/2011 en un breve ciclo de 14 partidos. «Boca vivió un tornado. Es difícil mantenerse allí; los buenos resultados te sostienen, pero siempre estás bajo una lupa», comentó.
Sobre el esperado cruce entre los dos gigantes del país, programado para el domingo 27 de abril en el Monumental, Borghi consideró que no hay un claro favorito. «Veo buenos jugadores en ambos planteles, pero ninguno llega con un rendimiento colectivo sólido», explicó, anticipando un clásico cargado de tensión e imprevisibilidad.
Para el exentrenador, tanto River como Boca atraviesan etapas de reconstrucción, lo que le añade aún más incertidumbre a un partido que siempre se vive como una final. La falta de un dominador claro podría derivar en un duelo vibrante y muy parejo, según su análisis.
Gallardo, en tanto, sigue trabajando para devolverle a River la identidad que lo llevó a la gloria en su primer ciclo. El Superclásico será una prueba crucial para medir cuánto ha avanzado en esa reconstrucción y si logra afianzar un equipo que todavía busca su mejor versión.