El Gobierno analiza un acercamiento con la CGT tras el paro del 10 de abril. La medida de fuerza volvió a exponer el malestar gremial frente al rumbo económico y las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) . En Casa Rosada ya tienen listos los borradores de reformas laborales, previsionales e impositivas , aunque todavía no fueron presentados a los gremios.
La central obrera anunció una nueva movilización para el 30 de abril, en el Día del Trabajador. La marcha se hará en el Monumento al Trabajo, en las cercanías de la sede histórica de la CGT sobre la calle Azopardo. El reclamo principal es la reapertura de paritarias , luego del impacto de la inflación en los salarios.
En el oficialismo relativizan el 3,7% de inflación de marzo y aseguran que las últimas medidas no afectarán los precios. Sin embargo, saben que el control del IPC ya no es una carta política y por eso buscan retomar el diálogo con los sectores sindicales. Admiten que sin respaldo, las reformas pedidas por el FMI no tienen posibilidades de avanzar.
Aunque no hay fechas confirmadas, en Balcarce 50 admitirá que los textos de las reformas “están avanzados”. Las fuentes consultadas explican que la alta informalidad laboral es uno de los puntos que más complica el debate. Y por eso consideran clave sumar a los gremios a la discusión.
CGT y reforma laboral: el gremio no descarta sentarse a negociar
Desde la CGT dejaron en claro que cualquier intento de reforma laboral deberá contar con su participación. Jorge Sola, secretario de Prensa, fue directo: “Si el Gobierno o algunos opositores aliados piensan en cambiar el mundo del trabajo o el sistema previsional, deben tratarlo con nosotros”.
Sola también criticó la estrategia oficial de confrontar con los gremios: «Es un error ver a las organizaciones como enemigos. Nosotros creemos en un país que invierte en desarrollo, producción y trabajo. Y en ese modelo, los sindicatos son socios estratégicos».
La CGT se reunirá la próxima semana con la Comisión de Legislación del Trabajo para rechazar un proyecto que busca eliminar la cuota solidaria. Ese paso refuerza su papel activo en el Congreso y la intención de frenar cualquier reforma sin consenso.
Mientras tanto, en el Gobierno de Javier Milei reconocen que no es el momento ideal para anunciar reformas profundas. Prefieren esperar a las elecciones de octubre y apostar a una nueva fuerza de fuerza en el Congreso que facilite el tratamiento de los cambios que pide el FMI.