Tras el 2,8% registrado en abril, las consultoras privadas comenzaron a ajustar a la baja sus proyecciones de inflación para mayo. Los primeros relevamientos señalan que podría convertirse en el mes con el índice más bajo desde el inicio del gobierno de Javier Milei, y algunos analistas incluso especulan con que la cifra final podría comenzar con el número 1.
El mejor dato hasta ahora había sido en febrero, con un 2,2%. Luego, marzo marcó una suba hasta 3,8%, impulsada por estacionales y la incertidumbre por el acuerdo con el FMI. Ahora, con el impacto moderado de la salida del cepo y la baja en productos frescos, el escenario vuelve a mostrar una tendencia clara de desaceleración.

Un freno liderado por los alimentos
Según EcoGo, la suba de los alimentos consumidos en el hogar fue de apenas 0,4% en la segunda semana del mes. Con estos datos, proyectan una inflación de alimentos en torno al 2,5% para todo mayo. Equilibra, en tanto, reportó incluso deflación semanal de -0,2% en su IPC Nacional, atribuida al Hot Sale y a la baja de estacionales.
«El rubro alimentos y bebidas no estacionales subió 0,5%, pero fue compensado por una baja del resto del IPC núcleo y especialmente por los estacionales, que retrocedieron 2%», indicaron desde la consultora. Así, la proyección para el mes se ubica en 2,2%, aunque aclaran que podría ajustarse aún más.

Entre los factores que explican esta desaceleración aparece el retroceso de los precios en frutas, verduras y algunos rubros vinculados al turismo, además de un impacto casi nulo en alimentos consumidos fuera del hogar. Este comportamiento fue decisivo para mantener contenido el índice general.
Estrategia oficial: frenar sin emitir
«El Gobierno ha puesto toda la carne en el asador para que el dato de mayo sea el más bajo de toda la gestión Milei», afirmó Lorenzo Sigaut Gravina, director de Equilibra. Entre las medidas, destaca el freno sobre precios regulados como luz y gas, la baja en los combustibles y una intervención indirecta en el mercado de futuros para contener el tipo de cambio oficial.
También incidieron la negativa a homologar paritarias con aumentos superiores al 2% mensual y la reducción de impuestos sobre productos electrónicos, lo que ayudó a contener los valores en varios rubros de consumo masivo.
«Con todos estos elementos, es probable que la inflación de abril no haya sido una excepción, sino el inicio de un sendero descendente más firme», concluyó Sigaut Gravina.
¿Inflación con 1 adelante?
Sebastián Menescaldi, de EcoGo, señaló que el sesgo es claramente a la baja. «Tenemos una proyección de 2,2% para mayo, pero podría arrancar con 1. Los datos de la segunda semana son contundentes: alimentos con baja de casi 2%», remarcó.
Según el analista, ese nivel de retracción es muy difícil de revertir salvo que haya un shock inesperado con el tipo de cambio. A esto se suma el impacto que tendrá la baja del precio del aluminio dispuesta por Aluar y el efecto de la menor presión fiscal sobre importados, cuyo efecto podría empezar a sentirse en los próximos días.
Desde la consultora Analytica, Ricardo Delgado confirmó que bajaron su estimación de 2,6% a 2,1%. «La carne no subió en la segunda semana del mes y las frutas y verduras cayeron. Si el Gobierno mantiene el control sobre tarifas, es probable que mayo cierre con el índice más bajo del año y que junio arranque con 1%», pronosticó.
Además, explicó que en el segmento de servicios privados ya se dieron los principales ajustes y que no se esperan nuevos aumentos relevantes en ese rubro en el corto plazo.
Una política económica que empieza a dar señales
El equipo económico confía en que la combinación de disciplina fiscal, baja de impuestos selectiva y control de precios regulados permitirá consolidar el proceso de desinflación sin recurrir a controles ni congelamientos forzosos. La moderación del tipo de cambio también fue clave para contener expectativas y evitar sobresaltos.
Mientras tanto, los datos del consumo y la actividad comienzan a mostrar cierta estabilización. El desafío, ahora, será sostener esta dinámica sin frenar la recuperación económica ni comprometer el equilibrio de las cuentas públicas.