Pasó el GP de Imola y el argentino Franco Colapinto cerró un fin de semana con momentos muy intensos. El viernes de la Fórmula 1 comenzaba con un muy buen trabajo de Franco que realizaba las dos sesiones de entrenamientos cumpliendo con lo pedido por el equipo y mejorando los registros y las posiciones. Se abría una esperanza de poder ilusionarse. El sábado todo cambió y sin bien el desarrollo del modelo A525 de Alpine, el golpe en la sesión clasificatoria marcó un punto importante. Un error del joven piloto de 21 años condicionaba el resto de la actividad para el domingo.
El golpe significaba condicionar la continuidad de la actividad. Franco hasta ese momento había conseguido un objetivo firme que era posicionarse en la Q2 y eso sucedía a pesar de no poder continuar la actividad por las roturas de su auto producto del golpe. Allí aparecían los fantasmas y por debajo algún murmullo ya que esta era la carrera donde Colapinto tenía que empezar a justificar el cambio realizado con Jack Doohan quien había sido participe de algunos golpes y situaciones que lo llevaron a bajarse de la titularidad.
El equipo Alpine trabajo mucho para recuperar el auto y lograron sin mayores sobresaltos ponerlo en pista para la competencia del domingo. Entonces comenzaba otra historia. Franco Colapinto debía largar desde el puesto 16 con la idea principal de poder llegar al final de la carrera sin cometer errores y tratando de avanzar todo lo más que pueda durante las 63 vueltas de la competencia en el circuito de Imola en la zona de Aldea Romagna.
Franco tuvo una aceptable competencia. El objetivo se cumplió y el argentino volvió a demostrar esa gran capacidad que posee para administrar los neumáticos y poder explotar todo su potencial. La primera parte de la carrera lo encontró con compuestos medios superando las primeras 24 vueltas, algo poco habitual para este tipo de compuesto. Esto lo llevó a estar en el noveno lugar aprovechando el ingreso a los pits de parte de los demás competidores mientras el argentino seguía con un gran ritmo de carrera.
Luego el equipo lo llamó a los boxes para cambiar sus compuestos por un neumático duro y allí empezó nuevamente una carrera para el argentino que fue mejorando hasta el ingreso del auto de seguridad producto del abandono de Kimi Antonelli con el Mercedes Benz. Allí Franco fue nuevamente a los boxes para colocar compuestos duros y así llegar al final de la competencia. Colapinto cumplió firme con lo pedido por el equipo y logró alcanzar la bandera a cuadros y mantenerse en buen ritmo.
Durante la competencia el equipo Alpine fue entendiendo cada momento de la carrera para ir modificando y adaptando la estrategia que se habían planteado en el inicio. “Fuimos cambiando la estrategia a medida que iban pasando las vueltas” destacó Franco que además aseguró que: “Vimos que los compuestos medios duraban mas de lo esperado y luego pusimos compuestos duros que no terminaron de dar los resultados esperados. Pero logramos terminar y conocer el comportamiento de los neumáticos” comentó el argentino cuando finalizó la competencia en Imola.
El balance debe ser positivo. Franco logró terminar la carrera y eso es un paso adelante luego recuperándose anímicamente después de lo sucedido el sábado. “Dentro de todo fue un día muy positivo después de lo sucedido el sábado, pudimos cerrar la carrera sin mayores problemas. Puedo seguir conociendo el auto y entender mejor el comportamiento de estos neumáticos” concluyó Franco Colapinto que ya empieza a pensar en la próxima fecha junto al equipo Alpine
