La gente de Boca cumplió lo que había prometido e hizo una fiesta inolvidable en el Hard Rock Stadium, escenario en el que el empate 2-2 ante Benfica de Portugal casi que quedó en segundo plano en este debut del club boquense en el Mundial de Clubes que se está desarrollando en los Estados Unidos.
La marea azul y amarilla se fue formando durante el fin de semana. Miles de hinchas viajaron desde todas partes del mundo para acompañar al “Xeneize” en esta nueva aventura y se hicieron sentir por toda la ciudad de Miami.
El sábado se produjo el banderazo de los simpatizantes del elenco argentino en Collins Avenue y fue apenas un indicio de lo que estaba por llegar. Con parrillada, bombos, fuegos artificiales y banderas, el encuentro de fanáticos en la costa dejó postales que solamente fue un anticipo del candente clima que iba a vivirse en el estadio.
El conjunto azul y oro hizo su estreno ayer en el certamen internacional ante las “Aguilas” sabiendo que iba a tener que batallar para lograr puntos contra un equipo que llegaba como favorito. No solo por calidad de plantel, sino también porque el cuadro de la Ribera recién está iniciando un nuevo ciclo, otra vez con Miguel Angel Russo al mando.
La gente, como siempre y pese a que el 2025 no viene siendo el mejor, no le soltó la mano a su institución. Agotaron todas las entradas de ‘fan’, coparon su cabecera y se apropiaron del reducto para convertirlo en La Bombonera estadounidense.
Desde temprano, cerca de la zona de estacionamiento, los mismos fanáticos que deslumbraron con la fiesta playera se acercaron para la clásica previa, con bebida y mucho color. A las 16, la hora señalada para ingresar al recinto, las puertas comenzaban a abrirse mientras los miles de fans ya congregados empezaron a mostrar el puro aliento.
Ya en las afueras del mismo, mientras los cronistas de ESPN se acercaban para ocupar su lugar en zona de prensa, los primeros hits empezaron a retumbar en la zona, tomando fuerza con el correr de los minutos.