La ilusión de Boca Juniors en el Mundial de Clubes 2025 llegó a su fin antes de lo previsto. El conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo no logró avanzar en uno de los grupos más exigentes del torneo, y aunque se llevó una suma considerable por su participación, el golpe económico por la eliminación temprana no pasó desapercibido.
Tras el empate ante Auckland City en su último encuentro del grupo, Boca ya sabía que dependía de un resultado ajeno: necesitaba que el Bayern Múnich venciera a Benfica, pero fue el conjunto portugués quien se impuso y selló la eliminación del equipo argentino. La despedida anticipada dejó no solo frustración deportiva, sino también pérdidas financieras significativas.
La cifra que se llevó Boca pese a quedar eliminado
Por el solo hecho de participar en el certamen, Boca embolsó 15 millones 210 mil dólares. A ese monto se le sumaron dos millones adicionales, correspondientes a los empates conseguidos ante Benfica y Auckland City, lo que elevó la ganancia total a 17 millones 210 mil dólares. Sin embargo, esa cifra quedó lejos del premio que estaba al alcance si el Xeneize lograba avanzar.
El formato del Mundial de Clubes premia con sumas millonarias a medida que se superan rondas. Por eso, la eliminación en fase de grupos representó un freno brusco también desde lo económico. La expectativa de seguir compitiendo hasta instancias decisivas implicaba, además, un ingreso estratégico para afrontar el segundo semestre del año.
¿Cuánto dinero dejó de ganar Boca?
La diferencia entre avanzar o no en este torneo puede marcar una temporada completa. Si Boca hubiese alcanzado los octavos de final, habría sumado 7 millones 500 mil dólares más. En caso de haber llegado a los cuartos de final, el premio ascendía a 13 millones 100 mil dólares adicionales. Por avanzar a semifinales, el ingreso subía a 21 millones y el título otorgaba 40 millones más. Incluso el subcampeón recibe una bonificación de 30 millones de dólares.
El balance final deja una doble sensación: por un lado, la participación en un torneo internacional con visibilidad global; por otro, la amargura de haber dejado pasar una oportunidad de oro, tanto en lo deportivo como en lo económico. Boca vuelve a Buenos Aires con el foco puesto en lo que viene, pero con una valija menos cargada de dólares.