Lionel Messi y Stephen Curry son dos nombres que definen una era. Uno brilla en el fútbol y el otro en el baloncesto, pero ambos comparten un podio especial: el de los deportistas mejor pagados del planeta. Sin embargo, la diferencia entre sus ingresos no solo marca el contraste entre disciplinas, sino también cómo el marketing y la industria moldean sus fortunas.
Según el último informe de Forbes, el astro argentino gana unos 135 millones de dólares anuales, con 60 millones provenientes de su contrato con Inter Miami y 75 millones generados por sus acuerdos comerciales. Pese a no haberse unido a la liga saudí como lo hizo Cristiano Ronaldo, su impacto global le permite mantenerse en el top cinco del ranking.
Stephen Curry: el MVP de los millones
Mientras tanto, el ícono de los Golden State Warriors no se queda atrás. Con 156 millones de dólares anuales, Stephen Curry es el segundo atleta mejor pago del mundo, superado solo por Cristiano Ronaldo, quien encabeza la lista con 275 millones de dólares. En el caso del base estadounidense, su salario dentro de la NBA representa 56 millones, pero es el marketing el que lo catapulta con 100 millones más en patrocinios.
Este fenómeno muestra cómo las estrellas del deporte norteamericano capitalizan su imagen de manera feroz. Las campañas publicitarias, las colaboraciones con marcas exclusivas y hasta sus propios emprendimientos hacen que los ingresos por fuera de la cancha sean incluso mayores que los del juego en sí.
Messi y Curry: dos reyes, dos industrias
La diferencia entre lo que ganan Messi y Curry es mínima, pero significativa. Ambos son líderes en sus deportes, ídolos globales y referentes dentro y fuera del campo. No obstante, la NBA, como producto de exportación masivo, ofrece a figuras como Curry un alcance comercial que compite directamente con el fenómeno Messi, incluso fuera del fútbol.
Mientras Messi suma más de 75 millones por marketing, su imagen todavía encuentra cierta resistencia en mercados como Asia o Estados Unidos, donde el básquet tiene décadas de hegemonía cultural. En cambio, Curry, con su sonrisa de niño rebelde y su perfil carismático, es un ícono fácilmente adaptable a todo tipo de marcas.
El ranking millonario: ¿quiénes completan el Top 5?
El listado lo lidera Cristiano Ronaldo, con 275 millones de dólares, impulsado por su contrato con Al Nassr y una maquinaria publicitaria bien aceitada. Detrás de Curry, aparece el boxeador Tyson Fury, con 146 millones de dólares, y el mariscal de campo de la NFL, Dak Prescott, con 137 millones de dólares. Recién después se ubica Messi, cerrando el círculo dorado del deporte global.
Cada uno de ellos representa una disciplina distinta, pero todos comparten la habilidad de convertir su talento en cifras astronómicas. Desde el cuadrilátero hasta la cancha de fútbol, pasando por el parqué y el emparrillado, el deporte profesional se ha convertido en una industria donde el carisma y la estrategia fuera del juego son tan importantes como los logros deportivos.
El fútbol sigue dominando, pero la competencia aprieta
A pesar de que tres futbolistas figuran entre los diez primeros del listado total —con Benzema también en escena—, el dominio del fútbol ya no es tan absoluto como años atrás. Las ligas estadounidenses, con contratos cada vez más suculentos y acuerdos comerciales monstruosos, posicionan a sus estrellas al nivel de los ídolos globales del balón.
Messi, con su legado intacto, sigue generando fortunas. Pero nombres como Curry, LeBron James, Shohei Ohtani o Kevin Durant demuestran que el mapa económico del deporte se está transformando. Y en esa nueva cartografía de los millones, la batalla ya no se juega solo con los pies.
