La hinchada de Boca prometió y cumplió con creces. Ya desde el día anterior al partido con el Benfica de Portugal, copó las playas de South Beach en Miami con el popular banderazo, con el que el “Jugador Número 12” calentó la antesala de un duelo que para los de Miguel Ángel Russo era trascendental para sus aspiraciones en el Mundial de Clubes que se está desarrollando en los Estados Unidos.
Sin embargo, eso no fue nada a comparación de lo que se vivió en el Hard Rock Stadium. Medios de comunicación de todo el mundo lanzaron frases especialmente dedicadas para los aproximadamente 40 mil simpatizantes del club boquense, por lo que fue su constante aliento en las casi 2 horas que duró el encuentro (con el tiempo agregado fue cerca de 1 hora 45 minutos de juego).
Está claro que la pasión de los hinchas del “Xeneize” no es algo que se suela ver en el resto de las aficiones del mundo. Menos en Norteamérica en donde el fútbol y el deporte en general se vive de una manera más relajada, totalmente diferente a como se percibe en la Argentina.
Pero el asombro de aquellos que no están acostumbrados a ver el aliento de una parcialidad, tiene su explicación también desde el aporte que hizo la tecnología. Así lo advirtió Robbye Ron, comunicador del mercado gamer, que al ser uno de los 55 mil presentes en el estadio recibió la alerta de su reloj que detectó ”niveles de ruido peligrosos para la audición”.
El corresponsal de la Agencia AFP en dicha zona, Simon Evans, resumió en su crónica el sentir de la prensa mundial con el espectáculo del hincha del conjunto azul y oro. ”Después de ver a los hinchas de Boca convertir el Estadio de los Delfines en una ‘Bombonera junto a la playa’, me hice la promesa de ir a Buenos Aires para ver un Superclásico”.
En ese mismo sentido, se refirió a la importante que sería para el Mundial de Clubes que equipos sudamericanos lleguen a las instancias finales: ”Lo que realmente necesita este Mundial de Clubes es que al menos un par de equipos sudamericanos lleguen a semifinales. Un enfrentamiento entre equipos argentinos y brasileños y dos equipos de Europa continental sería ideal en cuanto a asistencia y ambiente”.