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La decisión de Russo que encendió la bronca en Boca: “nos toman el pelo”

La reacción de los hinchas no se hizo esperar tras la última medida del DT.

Russo
Fuente: Boca Twitter oficial

La eliminación de Boca en la Copa Argentina generó una fuerte sacudida dentro del club, pero sobre todo afuera. Mientras el foco principal todavía no apunta directamente a Miguel Ángel Russo, su figura comienza a recibir miradas sospechosas. El detonante: una determinación que tomó con el plantel luego del papelón que todavía duele.

A pesar del traspié y la expectativa por una reacción inmediata, el técnico sorprendió al concederle al equipo un día de descanso. Según revelaron desde el entorno del club, la delegación del Xeneize regresó a Buenos Aires sin una práctica pautada para el día siguiente, algo que los hinchas no tardaron en cuestionar. El entrenamiento recién se retomará el viernes en Ezeiza, con la cabeza ya puesta en el próximo duelo ante Huracán.

La noticia cayó como una bomba en redes sociales. Muchos fanáticos se sintieron decepcionados y señalaron que esta postura relajada tras una derrota refleja una falta de compromiso. La decisión encendió aún más el malestar de una hinchada que ya venía acumulando bronca por el bajo rendimiento colectivo.

Los hinchas explotaron con furia en redes sociales

Los comentarios no tardaron en multiplicarse. Desde frases como “Nos toman el pelo”, hasta exclamaciones de “Vergüenza”, “Falta de respeto” o “No te puedo creer”, el repudio fue generalizado. Varios usuarios recordaron que otros técnicos también adoptaron actitudes similares en el pasado, sin que eso generara mejoras deportivas.

Lejos de generar comprensión o paciencia, el accionar de Russo pareció cortar el fino hilo de tolerancia que todavía le quedaba a parte de la hinchada. La sensación general es que la medida fue inoportuna y desconectada del clima de urgencia que se vive en el club.

Un momento bisagra para Miguel Russo

La tolerancia en Boca no abunda cuando los resultados no acompañan, y esta decisión, en vez de calmar las aguas, avivó la tormenta. Aunque todavía no hay cánticos en su contra ni pedidos masivos de renuncia, el técnico sabe que cada paso mal dado puede volverse irreversible.

Russo enfrenta ahora una semana clave. No solo por la necesidad imperiosa de ganar el próximo partido, sino porque debe recuperar la confianza de una hinchada que, históricamente, no perdona gestos que se alejen del sacrificio.

Con el margen cada vez más estrecho, Boca transita horas tensas. Y Russo, silencioso pero observado, tendrá que demostrar que está a la altura del fuego que implica dirigir al club más exigente del país.