Boca atraviesa un momento delicado y la derrota por 1 a 0 ante Huracán, en la tercera fecha del Torneo Clausura, dejó algo más que un resultado negativo: desnudó una fuerte tensión entre Miguel Russo y Miguel Merentiel, quien se marchó visiblemente molesto al ser reemplazado en el entretiempo. El gesto del delantero y la posterior reacción del técnico encendieron las alarmas puertas adentro del vestuario.
El conflicto se originó cuando Merentiel fue sustituido por Milton Giménez en el descanso. Aunque Russo afirmó en conferencia de prensa que le comunicó la decisión al futbolista antes de terminar el primer tiempo, el atacante volvió al campo como si no hubiera recibido esa instrucción. La confusión fue evidente y terminó en un estallido de furia por parte del jugador.
El gesto de Merentiel, uno de los más destacados del equipo por encima de un Cavani que sigue sin responder, fue demoledor: se retiró del campo, fue al vestuario visitante del Tomás Adolfo Ducó y, fuera de sí, pateó la puerta y rompió un vidrio. El hecho no pasó desapercibido y generó versiones cruzadas que alimentaron la interna en el club.
Russo, molesto con la actitud del delantero
En medio del revuelo, surgió una versión que incomodó aún más al cuerpo técnico. Algunos interpretaron que Merentiel quiso dejar expuesto a Russo, al permanecer en el campo como si no supiera que iba a salir, generando así una imagen de desorden o falta de comunicación desde el banco. Aunque no hubo declaraciones del jugador, esa teoría se volvió tema de debate en el entorno xeneize.
Quien aportó más detalles fue el periodista Diego Monroig, quien reveló en ESPN que la actitud de Merentiel dejó muy enojado al técnico. “Russo sostiene que le comunicó a Merentiel que salía. Merentiel aduce que no lo escuchó”, relató el cronista, que además dejó entrever que el DT sintió que lo expusieron públicamente.
Según el entorno de Russo, el técnico no sólo lamentó la actitud del delantero, sino que empieza a preguntarse si el episodio fue algo más que un simple malentendido. Para un equipo que no encuentra regularidad ni resultados, estos cortocircuitos internos representan un obstáculo más en la búsqueda de estabilidad.
Boca, sin paz ni goles
Mientras tanto, el equipo sigue acumulando frustraciones. La caída ante Huracán profundizó la crisis de un Boca que no logra responder dentro del campo y ahora también suma turbulencias fuera de él. A la falta de gol se le suma ahora una tensión latente entre el DT y su figura ofensiva más confiable.
De persistir este tipo de episodios, el clima podría volverse aún más tenso en las próximas fechas. Lo cierto es que el vínculo entre Russo y Merentiel quedó dañado, y en un vestuario ya golpeado por los resultados, cualquier chispa puede encender un nuevo conflicto.