Mientras Lionel Messi continúa haciendo historia con el Inter Miami, ganando alrededor de 65 millones de dólares al año, el eterno Michael Jordan, ya retirado y con 62 años, sigue siendo una máquina de generar dinero. A pesar de haber colgado las zapatillas hace más de dos décadas, el ex jugador de los Chicago Bulls no solo lo supera ampliamente en ingresos, sino que lidera el podio de ganancias deportivas a nivel global, incluso por encima de atletas en plena competencia.
El contrato de Messi con el club estadounidense figura entre los más jugosos del fútbol actual, y eso sin incluir los acuerdos comerciales que lo acompañan. La revista Forbes lo ubica como uno de los deportistas mejor pagos del mundo, gracias a un combo que incluye patrocinadores millonarios y una relación a largo plazo con la franquicia, incluso más allá de su retiro. Sin embargo, ni todo eso basta para acercarse a la cifra que maneja Jordan.
Jordan, el número uno sin transpirar
Lejos del parquet desde 2003, Jordan sigue siendo el verdadero campeón fuera de la cancha. Según datos recientes, el mítico número 23 de la NBA gana cinco veces más que Messi, con ingresos que superan los 300 millones de dólares anuales. El dato es aún más impresionante considerando que, como jugador, acumuló apenas 93 millones durante toda su carrera profesional. Hoy, ni siquiera necesita lanzar al aro para continuar reinando.
La clave de su fortuna se resume en una palabra: marca. Desde 1984, su alianza con Nike dio origen a una de las colaboraciones más exitosas de la historia del deporte. Solo en 2024, la firma le habría reportado más de 200 millones de dólares, consolidando a Jordan Brand como un fenómeno que atraviesa generaciones y mercados. La combinación de legado, estilo y negocio lo mantiene en la cima, sin moverse del sillón.
Un empresario con visión a largo plazo
Pero la billetera de Jordan no depende solo de las zapatillas. En 2010, adquirió la mayoría accionaria de los Charlotte Hornets, un movimiento estratégico que culminó con la venta de su parte en 2023, en una operación que valoró la franquicia en 3 mil millones de dólares. A eso se le suman contratos con otras marcas y patrocinios personales que le generan entre 20 y 40 millones de dólares anuales, consolidando su figura como ícono empresarial.
Su olfato para los negocios le permitió escalar posiciones entre los hombres más ricos del mundo. Actualmente, figura en el puesto 1045 de la lista de multimillonarios de Forbes, con un patrimonio estimado en 3 mil 500 millones de dólares. Una cifra que refleja no solo su pasado como deportista, sino su talento para convertir ese legado en una máquina de ingresos.
Messi sigue en el juego, pero Jordan ya ganó
Aunque Messi continúa en actividad y sigue acumulando trofeos y contratos millonarios, la comparación con Jordan deja en evidencia la dimensión del fenómeno que representa el ídolo del básquet. Mientras uno sigue sumando goles, el otro construyó un imperio eterno, donde los negocios se juegan en otro nivel. Y lo más increíble: sin tocar una pelota.
Jordan demuestra que hay otra manera de ganar. Su caso no solo habla de números, sino de visión, estrategia y una capacidad única para transformar su nombre en una marca global. En un mundo donde el talento deportivo suele tener fecha de vencimiento, él logró extender su reinado mucho más allá del retiro.
Sin jugar, pero siempre en la cima
Con cada año que pasa, Michael Jordan se aleja más de las canchas, pero nunca de los primeros puestos. Su historia prueba que el éxito no termina con la competencia, y que el legado puede ser aún más grande si se juega bien la segunda mitad del partido. Porque en el tablero del dinero, Jordan sigue ganando por goleada.