En una entrevista transmitida por el canal de streaming Cenital, Máximo Kirchner vinculó los niveles de deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la inestabilidad institucional en distintos países. El diputado nacional mencionó a Argentina, Ucrania, Egipto y Ecuador como los casos más críticos y advirtió que las consecuencias del endeudamiento exceden lo económico: “Traen aparejados problemas muy graves en el funcionamiento de las instituciones”, sostuvo.
Los países más endeudados con el FMI
Durante la entrevista, Kirchner detalló el orden de los países más comprometidos con el FMI. Argentina primero, Ucrania segundo, Egipto tercero y Ecuador cuarto”, enumeró. Luego, profundizó en los ejemplos más delicados. “Ecuador está en estado de excepción permanente, hace unos días hubo entre 14 y 15 muertos, hay sospechas sobre la transparencia de las elecciones y el expresidente Rafael Correa no puede volver al país”, dijo.
Al referirse al exvicepresidente Jorge Glas, recordó que fue retirado por la fuerza de la embajada de México. “Una operativa absolutamente ilegal, condenada por toda la diplomacia internacional”, apuntó. En el caso de Egipto, señaló que el partido oficialista “sacó el 90% de los votos, eso habla por sí solo”.
La deuda externa y su impacto institucional
Kirchner también incluyó a Ucrania, país que atraviesa una guerra y, según explicó, ya debería haber celebrado elecciones presidenciales: “Hace más de un año que no votan presidente”. En ese contexto, remarcó que los cuatro países más endeudados enfrentan “graves desequilibrios institucionales”.
En cuanto a Argentina, denunció una situación que, a su entender, se agrava por las decisiones judiciales. “La expresidenta fue dos veces jefa de Estado, luego vicepresidenta y ahora está presa mientras Mauricio Macri da vueltas por el mundo”, expresó. También criticó el comportamiento de algunos jueces: “Juegan al fútbol en la quinta de un expresidente. Eso no es justicia”.
El diputado trazó un paralelismo con el escenario posterior a la crisis de 2001. “Cuando Néstor Kirchner asumió el 25 de marzo de 2003, no había un dirigente político que pudiera caminar por la calle. Estaban todos escondidos”, recordó.
Para cerrar, insistió en que la deuda con el FMI no solo condiciona la economía, sino también el funcionamiento democrático: “No es casualidad que los países más endeudados sufran crisis institucionales. Hay una matriz que se repite”.