Cuando todo parecía encaminado para que el FC Barcelona soltara la bomba, Nico Williams optó por tomar una decisión inesperada. El extremo renovó su contrato con el Athletic Club hasta 2035.
Ni las cantidades millonarias del Bayern Múnich ni el interés del cuadro azulgrana pudieron desvincular el apego con sus raíces. Nico Williams se queda y no se moverá.
El anuncio terminó siendo tan simbólico como emotivo. Mediante un video difundido en redes sociales, Williams aparece con una capucha de color negro frente al mural de Barakaldo que había sido vandalizado luego de los rumores de su posible salida.
Con spray en mano, el jugador escribe «2035» sobre el mural ya restaurado. Luego ingresa al campo de San Mamés, deja el aerosol y dice una frase que lo dice todo: «Estoy donde quiero estar, con los míos”.
Lo que más pesa es el corazón ??#AthleticWIN #AthleticClub ? pic.twitter.com/do1QvtqYbP
— Athletic Club (@AthleticClub) July 4, 2025
Nico Williams buscará consolidar aún más su carrera en el Athletic
La renovación del jugador español de ascendencia ghanesa no solo implica continuidad y sentido de pertenencia con el Athletic Bilbao, sino también liderazgo. Williams asumirá el reto de portar el dorsal 10 de Iker Muniain, jugará la UEFA Champions League y pasó a tener una cláusula de rescisión cercana a los 100 millones de euros. «Los Leones» apuestan por el talento generacional de Nico Williams y su fortalecimiento como pilar fundamental del proyecto.
Para el Barça, el impacto terminó siendo un balde de agua fría. Querían a Williams hace un año y lo intentaron fichar este verano. Sin embargo, en un fútbol cada vez más controlado por contratos y números, Nico tomó la decisión de quedarse. Eligió ser símbolo y convertirse en el futuro del Athletic Club.
Su acción va más allá de todo. Es un triunfo de la identidad sobre el mercado, del sentimiento de pertenencia por encima de la atracción externa. Y en esa línea, no solo ganó el Athletic Bilbao: también ganó el fútbol.