En el programa “Superfútbol”, que se emite por las mañanas de lunes a viernes en el canal de televisión TyC Sports, el periodista Germán García Grova informó que en el vestuario de Boca post partido con Huracán el domingo pasado en el Tomás Adolfo Ducó por la tercera fecha del Torneo Clausura -en el que el club boquense cayó por la mínima y así consiguió un registro histórico negativo de once encuentros sin conseguir una victoria en los 90 minutos- no habrían existido ni discusiones o entredichos entre los jugadores.
Está claro que la caída contra el “Globo” en dicho estadio, un acontecimiento que no se daba desde 1994, produjo un sismo dentro de la estructura futbolística y el malestar y el fastidio que reina en el plantel profesional habría creado una fractura entre los miembros del grupo y el cuerpo técnico que provocó una detonación con la polémica generada por la sustitución de Miguel Merentiel.
No obstante, la “Bestia” se habría hecho el desentendido de que él era el primer cambio que se terminaría efectuando en el entretiempo y que raudamente se fue a los vestuarios masticando bronca y con la sangre hervida porque consideraba que estaba en condiciones de seguir jugando, por ende, se debe resaltar que esa actitud poco feliz que se dio en el Palacio Ducó terminaría tomando revuelo público entre quienes estaban en el reducto y también entre los hinchas.
Sin embargo, ahora el Director Técnico del “Xeneize”, Miguel Ángel Russo, tendrá imperiosamente que convivir con las críticas y con la incertidumbre que siembre este desplante del futbolista que no quiso acatar órdenes o infirió en que no estaba enterado de que iba a ser reemplazado por Milton Giménez.
Se verá entonces si hoy habrá alguna novedad cuando los miembros del elenco azul y oro, que trabajarán en doble turno en el Predio de la localidad bonaerense de Ezeiza, se junten después de lo que fue otro duro golpe deportivo que tendrán que asimilar y dar vuelta la página.