Rodrigo De Paul dejará Europa para desembarcar en la MLS, donde será nuevo jugador del Inter Miami y se reencontrará con Lionel Messi. El club estadounidense acordó con el Atlético de Madrid la compra total del pase del mediocampista por una cifra cercana a los quince millones de dólares, luego de varias jornadas intensas de negociación.
Aunque tuvo ofertas de otros mercados, De Paul priorizó un cambio de vida y presionó para ir a Miami, donde también será dirigido por Javier Mascherano, su excompañero en la Selección. Desde lo contractual, firmará por cuatro años con un salario de diez millones de dólares anuales, lo que lo posicionará como el segundo mejor pago del plantel, apenas por detrás de Messi.
Refuerzo estelar para la segunda mitad del año
Inter Miami lo sumará como su primera incorporación para el tramo final de la temporada, en la que irá en busca de la Leagues Cup y la recta final del torneo local. El arribo de De Paul se da en un contexto en el que el equipo ya cuenta con nombres de peso como Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba, quienes también compartieron plantel con Messi en Barcelona.
Su paso por Atlético de Madrid: luces y sombras
Durante la última temporada con el Colchonero, el campeón del mundo disputó 53 partidos oficiales, en los que aportó 3 goles y 10 asistencias, acumulando más de 3 mil minutos en cancha. En total, jugó 187 encuentros con la camiseta rojiblanca, con 14 tantos y 26 pases de gol desde su llegada en 2021. A pesar de su rendimiento aceptable, el club español decidió venderlo por estar cerca de finalizar su contrato.
El segundo mejor salario del plantel
El contrato en la MLS representa una mejora salarial importante para el mediocampista. Mientras en Madrid percibía siete millones y medio de dólares por temporada, en Estados Unidos ganará más, superando incluso a figuras como Busquets, Alba y Suárez. Solo Messi, con un sueldo de doce millones, está por encima en la escala salarial del equipo dirigido por el Tata Martino.
Con este pase, De Paul buscará mantener su nivel competitivo en un entorno que conoce y donde es feliz. Y, claro, con el sueño intacto de seguir siendo parte de la Selección Argentina rumbo al Mundial 2026.