Frank Fabra volvió a ser titular después de meses. No jugaba desde el arranque desde enero. Y su regreso no pasó desapercibido: no por cómo jugó, sino por lo que su inclusión dice del momento que vive Boca.
Boca viene en caída, con rendimientos flojos, sin respuestas claras y con un equipo que no termina de afirmarse. En ese contexto, Miguel Ángel Russo decidió mandar a la cancha a Fabra, un jugador que parecía haber quedado totalmente al margen después de su expulsión en la final de la Libertadores.
Tras finalizar el encuentro ante Atlético Tucumán, Russo expresó lo siguiente: “Hoy para mí jugó un buen partido. Confío en él”. La frase puede sonar a respaldo, pero también suena a urgencia. Cuando un técnico empieza a recurrir a jugadores que estaban borrados, no siempre es por confianza, a veces es porque ya no tiene más opciones confiables.
¿Por qué volvió Frank Fabra a la titularidad?
No hay mucho misterio. Boca no tiene un lateral izquierdo firme. Lautaro Blanco no termina de asentarse. Agustín Sandez directamente no está en la conversación. Y en medio del apuro, Russo apostó por un viejo conocido. No por gusto, sino porque no encuentra a alguien que le dé garantías.
Fabra, que salió en el segundo tiempo por el desgaste, fue silbado por algunos hinchas. Y aunque Russo lo bancó públicamente, el mensaje no pareció convencer a nadie. El clima fue de incomodidad, no de respaldo.
Boca ya suma 10 partidos sin conocer la victoria
La temprana eliminación de Boca en la Copa Argentina 2025 dejó al rojo vivo el nefasto rendimiento del equipo. El Xeneize ya suma 10 partidos sin ganar, igualando las peores de su historia, con el Clausura como único objetivo tras frustraciones en Libertadores, Mundial de Clubes y torneos locales.
Ante la agravada situación, Boca debe cambiar el enfoque y empezar a cosechar victorias y mentalizarse para la segunda temporada del año.