Boca comenzó el Torneo Clausura 2025 con un empate sin goles frente a Argentinos Juniors, un partido opaco que dejó más dudas que certezas en el esquema de Miguel Ángel Russo. Pero lo que más inquieta al entrenador no es el rendimiento colectivo, sino un imprevisto que golpeó la zona más sensible del equipo: la defensa.
En plena segunda mitad del duelo en La Paternal, Nicolás Figal sintió una molestia y pidió el cambio. Su lugar fue ocupado por el juvenil Lautaro Di Lollo, pero lo que parecía una sustitución de precaución encendió las alarmas: según fuentes cercanas al club, ya es confirmado que la lesión de Figal lo marginará del próximo compromiso ante Unión, y el Xeneize se queda sin variantes experimentadas para ese sector del campo.
Russo, obligado a reconfigurar la zaga
El panorama es complejo. Con Figal entre algodones, Marcos Pellegrino y Lautaro Di Lollo aparecen como la dupla central más probable para el viernes 18 de julio en La Bombonera. A esto se le suma que Ayrton Costa continúa lesionado, y ni Marcos Rojo ni Cristian Lema figuran en los planes actuales del DT. Por si fuera poco, Mateo Mendía, otra de las opciones disponibles, ni siquiera fue convocado frente al Bicho.
Así, Russo deberá tomar una decisión clave con el tiempo en contra. Su única certeza por ahora es que la defensa será experimental, y el equipo deberá adaptarse rápidamente si quiere evitar sobresaltos en un calendario que no da respiro.
El calendario aprieta: Boca no puede relajarse
Luego del compromiso ante Unión, Boca enfrentará una seguidilla intensa: visitará a Huracán el 27 de julio en el Tomás Ducó, y más adelante recibirá en casa a Racing, con fecha aún por confirmar. En la fecha 5, el rival será Independiente Rivadavia, también con día y horario a definir.
El arranque del Clausura no fue el esperado, y ahora, con bajas sensibles y un equipo en construcción, el cuerpo técnico deberá demostrar capacidad de reacción. La defensa quedó en jaque, y Russo busca respuestas.
Un empate que dejó más preguntas que certezas
Si bien el 0 a 0 frente a Argentinos dejó una portería en cero, también mostró a un Boca inconexo, sin claridad en el mediocampo y con escasa profundidad. El retroceso defensivo fue uno de los pocos puntos altos, y la salida de Figal dejó al equipo tambaleando.
El partido ante Unión se convierte así en una prueba de fuego. El cuerpo técnico deberá reinventarse, y los juveniles tendrán que dar un paso al frente. Porque en este Boca, las urgencias no esperan.
