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ECONOMÍA

Sin retenciones, el campo impulsó exportaciones por casi USD 21.000 millones en el primer semestre pese a la caída de precios

La baja de retenciones y una cosecha récord permitieron un repunte del 84% interanual. La soja lideró las ventas, pero la actividad se frenó tras el fin de la medida.

campo

El sector agroindustrial argentino anotó exportaciones por casi USD 21.000 millones durante el primer semestre del año, a partir de un volumen récord de comercialización. Así lo informó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que destacó el fuerte impacto de la reducción temporal de retenciones decretada por el Gobierno nacional entre enero y junio. El dato cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta el contexto de precios internacionales más bajos que en años anteriores.

En total, se registraron 64,5 millones de toneladas en Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), un incremento del 53% respecto al promedio de la última década. En términos de valor, las ventas alcanzaron USD 20.726 millones, un 84% más que en igual período de 2024 y un 52% por encima de la media de los últimos diez años.

Récord con precios más bajos

Pese al contexto de precios internacionales deprimidos, el desempeño del sector fue notable. Según la BCR, «el mérito de este año es doble: el nivel de precios promedio de exportación fue significativamente más bajo que en los últimos cuatro años». De hecho, el valor de los productos agroexportables entre 2021 y 2022 fue un 25% superior al promedio de la primera mitad de 2025. Aun así, el valor actual quedó apenas un 3% por debajo de esos años récord.

Uno de los datos más elocuentes fue que, con los precios actuales, la primera mitad de 2021 habría registrado un 14% menos de ingresos que el primer semestre de 2025. Esto refleja la efectividad del esquema de incentivos aplicado por el Gobierno.

Soja: el motor exportador

El complejo sojero lideró ampliamente las exportaciones del semestre, con 31,1 millones de toneladas despachadas por un valor total de USD 12.885 millones. Se destacaron 4,4 Mt de aceite de soja (el doble que en 2024), 7,6 Mt de porotos (máximo desde 2016) y 19,1 Mt de harina de soja (récord histórico). Solo en junio se declaró el 44% del total exportado por el complejo.

Según la BCR, «la dinámica de las cotizaciones internacionales afectó a la soja aún más que a otros complejos y, sin embargo, el valor total de las DJVE superó cualquier registro previo para el primer semestre». El precio promedio por tonelada registrada fue un 8% inferior al promedio de la última década y un 10% menor al del mismo período de 2024.

El impacto tras el fin de la medida

Tras la finalización del esquema de rebaja de alícuotas el pasado 30 de junio, el mercado reaccionó con una marcada caída en el volumen de operaciones. Según el Monitor del Comercio Granario, durante las cinco ruedas previas al cierre de la ventana impositiva se negociaron en promedio 560.000 toneladas diarias. Desde el 1° de julio, el número se desplomó a unas 120.000 toneladas por día.

Aunque la actividad repuntó levemente en los días siguientes, el ritmo de operaciones no volvió a los niveles anteriores. Aun así, los precios se mantuvieron relativamente estables, con una pizarra que pasó de $320.000 a $315.000 por tonelada, favorecida por la suba del tipo de cambio y mejores cotizaciones en el mercado internacional.

Maíz: caída más moderada

En el caso del maíz, la caída fue menos abrupta. El volumen promedio bajó de 230.000 toneladas por jornada antes del 30 de junio a 200.000 el martes siguiente, para luego estabilizarse en torno a las 130.000 toneladas diarias. Aun así, la caída muestra el impacto directo del cambio en las condiciones fiscales sobre la comercialización.

Según la consultora 1816, en julio se liquidarán unos USD 4.500 millones correspondientes a ventas declaradas en junio, aprovechando la ventana de retenciones reducidas. La normativa fijaba un plazo de 15 días hábiles desde la declaración para efectivizar las divisas.

Expectativas del sector: preocupación por el futuro

Aunque los resultados del semestre fueron positivos, el ánimo del productor volvió a mostrar signos de deterioro. Según el Ag Barometer Austral de la Universidad Austral, la confianza del agro cayó un 5% entre marzo y junio, bajando de 137 a 130 puntos.

«Lo más preocupante es el deterioro en la mirada a futuro. La confianza sobre la situación del sector en los próximos 12 meses cayó un 19%, de 132 a 107 puntos», explicó Carlos Steiger, director del observatorio. A su vez, el Índice de Expectativas de Inversión se redujo un 8,5% y acumula una caída del 32,5% desde noviembre de 2024.

Retenciones y contexto local: el freno estructural

Entre los factores que explican el malestar del sector, se destacan la persistencia de retenciones en soja y maíz, que no existen en países competidores. También inciden la infraestructura deteriorada, los altos costos logísticos, la inflación en dólares de muchos insumos y las tasas reales elevadas en pesos, que complican la financiación de la actividad.

A pesar de estos obstáculos, el agro respondió con cifras récord gracias a medidas concretas del Gobierno para estimular la producción y el comercio exterior. El desafío ahora será sostener ese impulso en un escenario menos favorable y con menor previsibilidad fiscal.