Con la llegada de un nuevo desembolso del Fondo Monetario Internacional, el Gobierno avanzará este lunes con una operación interna de deuda para mejorar la posición de reservas netas del Banco Central. Se trata de una estrategia ya utilizada en mayo que, si bien no altera el volumen total de divisas, modifica su composición contable y refuerza la capacidad del BCRA para intervenir en el mercado cambiario.
Fuentes oficiales confirmaron que el Tesoro recomprará una porción de Letras Intransferibles con los USD 2.000 millones que enviará el FMI como parte del programa Extended Fund Facility. Esta operación se traducirá en un traspaso de divisas desde el Ministerio de Economía al Banco Central, y permitirá reconfigurar el stock de activos netos en moneda extranjera disponibles.
Cómo impacta la operación en las reservas netas
El traspaso se realizará bajo el mismo mecanismo implementado en mayo con el primer envío del organismo, cuando el Tesoro recompró Letras Intransferibles por el equivalente a USD 12.002 millones, y el BCRA registró esas divisas como reservas propias. Según datos actualizados, al 23 de julio el Central aún mantenía USD 16.753 millones en estos instrumentos, frente a los USD 23.713 millones que tenía a principios de mayo.
A nivel contable, la clave radica en que los Derechos Especiales de Giro (DEG) transferidos por el FMI, una vez que ingresen a la cuenta del Tesoro y luego pasen al BCRA, dejarán de computarse como encajes y pasarán a integrar el activo de reservas netas. Es decir, no varía el total bruto, pero sí la capacidad de uso inmediato.
Luis Caputo defendió la lógica detrás de esta dinámica: «La acumulación de reservas es consecuencia del programa económico. No se puede fijar una fecha exacta para eso». En ese sentido, destacó que el objetivo fue reajustado en el acuerdo con el FMI: se redujeron en unos USD 5.000 millones las metas originales de reservas para este año.
El origen de las Letras Intransferibles y su rol actual
Estos títulos públicos en dólares comenzaron a utilizarse en 2006, durante el gobierno de Néstor Kirchner, como forma de reemplazar reservas internacionales utilizadas para cancelar deuda externa. A cambio, el Tesoro entregaba al BCRA instrumentos no negociables y de largo plazo, sin rendimiento o con bajo interés. A lo largo del tiempo, este esquema se repitió para obtener financiamiento y enfrentar compromisos con organismos internacionales.
Con la llegada de Santiago Bausili al BCRA, se introdujo un cambio en la valuación contable de estas letras. Antes se registraban a valor técnico en pesos, determinado por el tipo de cambio oficial. Eso generaba una ganancia contable cuando se producía una devaluación, permitiendo que el Central transfiriera utilidades al Tesoro.
Hoy, el enfoque está en eliminar esas letras del activo del BCRA para transformar las reservas en divisas propias, una estrategia que mejora el perfil contable del organismo y respalda la política de flotación administrada.
Qué dejó la primera revisión del FMI
En la primera revisión del acuerdo EFF, el FMI destacó avances clave del Gobierno, como la consolidación fiscal, la caída de la inflación y la transición hacia un régimen cambiario más flexible. No obstante, advirtió que no se alcanzó la meta de acumulación de reservas prevista para junio.
Aun así, el organismo respaldó la estrategia oficial. En su último comunicado, remarcó: «La sólida implementación de las políticas permitió una transición fluida hacia un régimen cambiario más flexible, con inflación en descenso y crecimiento económico sostenido».
Kristalina Georgieva fue contundente: «Es fundamental que exista mayor claridad en el régimen monetario a mediano plazo para consolidar el proceso de desinflación». También pidió mantener condiciones contractivas para favorecer la remonetización y optimizar la gestión de la liquidez.