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VIDA Y ESTILO

Entre copas y plegarias: el vino en las fiestas de la Asunción de la Virgen María

En algunas latitudes, el día señala el comienzo o el final de las cosechas de uva tempranas, y el vino cobra importancia para celebrar tan importante fecha.

Vinos de España

(Por Carolina Mena Saravia).- El 15 de agosto se celebra la fiesta de la Asunción de la Virgen María, festividad que marca una fecha importante en el calendario católico. Como sucede con muchas fiestas religiosas, este es un motivo más para aunar el sentir popular con gastronomía y cultura, lo que convierte la fecha en un evento social.

En algunas latitudes, el día señala el comienzo o el final de las cosechas de uva tempranas, y desde ese punto cobra importancia el vino como una excusa para celebrar tan importante fecha. Países como España, Francia e Italia se engalanan con mesas armadas con dedicación, y el empeño que ponen los anfitriones es una antesala a la vendimia que ya se encuentra próxima.

La gastronomía y el vino, una vez más unidos en un marco de alegría. En La Mancha, los vinos jóvenes son una excelente compañía para el pisto manchego y los guisos de cordero. Sigamos nuestro recorrido, deteniéndonos esta vez en Castilla y León, donde uno de los platos más característicos de la zona, el lechazo asado —cordero alimentado con leche materna, de carne tierna y delicado sabor—, se sirve con un tempranillo joven, la cepa estrella de la región. En zonas que lindan con el mar, optan por un buen vino blanco para combinar armónicamente pescados y mariscos.

Asunción de la Virgen

El Día de la Asunción de la Virgen María en el mundo

En Italia, esta fecha es conocida con el nombre de Ferragosto. Es una celebración muy esperada en la península. En sus orígenes, fue una fiesta que se celebraba en Roma en recuerdo del emperador Augusto, pero luego se integró al calendario de la Iglesia católica. Vinos como el chianti y el sagrantino se beben en la zona de Toscana y Umbría, aunque el sur destaca por su pasta con marisco; eso sí, servida con vinos blancos con notas minerales, como es el caso del reconocido Etna Blanco.

La catolicidad de Francia se deja ver sobre todo en zonas como Provenza, Alsacia y Borgoña, donde se luce el vino blanco. La fecha es ideal para organizar ferias gastronómicas después de la misa matinal, y en ellas se da rienda suelta a la consabida pasión por el vino, con la organización de catas para todos los paladares. No olvidemos que estamos en Francia, en la cuna del vino por excelencia.

Las bodegas, de parabienes, aprovechan la oportunidad para sacar al mercado sus vinos jóvenes, aquellos de fácil beber, y los turistas aprovechan para degustar magníficos quesos, embutidos de la región y panes crocantes. La enogastronomía es un factor muy fuerte en la región; es casi imposible separar el paladar gastronómico del vitivinícola y, por el contrario, ambos se conjugan para dar rienda suelta a la fiesta de sensaciones.

Vinos de España

Orígenes medievales

Es en la Edad Media donde abrevan los orígenes de esta festividad, y el hecho de que las uvas estuvieran a punto de cosecha en algunas regiones del hemisferio norte motivó la coincidencia de una fecha tan importante como la Asunción de la Virgen María y el nacimiento de un nuevo año vitivinícola.

Variedades de ciclo corto como moscatel, assyrtiko y malvasía, que proliferan en España; en Italia, en la región centro y sur; en el sur de Francia y en Grecia, generalmente pueden cosecharse a mediados de agosto. En las misas de la región se acostumbra llevar a cabo la bendición de los frutos de las primeras cosechas, llevando al altar los racimos como ofrendas a la Virgen María.

Aún más lejos llega la devoción a la Virgen María, donde el ruego se extiende a la protección contra plagas, heladas, tormentas y sequías para el año vitivinícola que está por finalizar con la próxima vendimia, y para el venidero. Francia, país católico por excelencia, tiene registros de esta bendición desde el siglo XIII.

España no se queda atrás, y en zonas tradicionales como La Rioja, Navarra, Cataluña y Castilla se organizaban procesiones con racimos de distintas cepas que más tarde se repartían entre los fieles, como una especie de donación de los primeros frutos de la tierra y un agradecimiento a la protección celestial.

Si visitamos el país vecino de Portugal, podemos asistir a un prolífico calendario de ferias gastronómicas donde el vinho verde es absolutamente el gran protagonista. Platos como el bacalhau à Brás lo tienen como acompañante, y si hablamos de maridajes, podemos mencionar la isla de Córcega y su cordero a las hierbas, servido con un vino Patrimonio tinto.

Derrotero mundial

Continuando la exploración, nos adentramos en Grecia, focalizándonos en la famosa isla de Santorini, hoy uno de los polos turísticos del país. El 15 de agosto acostumbran a bendecir los racimos de la variedad assyrtiko, una variedad blanca con piel de grosor medio y perfil cítrico y mineral, y otras cepas locales. El verano es ideal para compartir un almuerzo con pescados y frutos de mar, acompañados por este vino que marida excelentemente con esos platos gracias a su frescura y mineralidad.

Si nos trasladamos al Nuevo Mundo, en el hemisferio sur, vemos que, por el contrario, allí recién se está iniciando el ciclo vitivinícola. Pero nada es motivo para dejar pasar tamaña celebración y, amparándose en las colonias europeas de inmigrantes, organizan degustaciones y ferias para acompasar el ritmo del hemisferio norte.

Y como la creatividad de las bodegas no descansa nunca, algunas aprovechan la oportunidad para lanzar ediciones limitadas de algunas de sus mejores cosechas: una forma de ofrecer novedades y engalanar la fecha. Después de todo, el vino está presente en el altar, donde, a través de la transubstanciación, se convierte en sangre de Cristo, produciéndose una simbiosis entre la identidad del vino y la tradición del milagro que se repite en cada misa.