Sin dudas que el empate que le arrebató el Auckland City, un equipo semiprofesional de Nueva Zelanda, a Boca en el Mundial de Clubes que se llevó a cabo en los Estados Unidos quedó en los libros de historia de dicha institución y así lo calificó Gerard Garriga, jugador español de ese plantel, que dialogó con la web de TyC Sports.
“Estábamos con confianza porque íbamos mejorando. El plan del match en los tres partidos fue el mismo. Les dábamos que nos centraran, pero creo que mejoramos la estructura defensiva para protegerse de los centros (Boca intentó 76 envíos en el encuentro). Como equipo nos lo creímos y así salió el resultado”, comenzó su relato el catalán sobre cómo prepararon ese duelo con el club argentino.
El volante respondió la consulta sobre lo que significó tal hazaña: “Empatar contra Boca es más importante que ganar la Liga de Nueva Zelanda o la Champions de Oceanía. Que llegues a empatar contra uno de los mejores equipos de Sudamérica, históricamente quizás el mejor y con más títulos, es algo que nadie se podía esperar. Estamos hablando de un equipo superior, que puedas empatar es algo para la historia, para siempre. Es algo que cuando seas abuelo se lo vas a contar a tus nietos porque es irrepetible”.
También manifestó que “lo festejamos de una manera increíble, nos quedamos en el campo en el césped con los familiares y los aficionados que vinieron a animarnos, no nos queríamos ir porque sentíamos que era algo que no sé si se va a volver a repetir y queríamos vivirlo al máximo. Luego, salimos de fiesta y nos lo pasamos increíble”.
Además, el mediocampista de 32 años reveló que bromean con Christian Gray, el autor del gol de cabeza para el elenco oceánico contra el “Xeneize”, quien trabaja en la Escuela Intermedia Mount Roskill y la Escuela Primaria de Auckland: “En los entrenamientos siempre hacemos mucho cachondeo con él. El profesor que salía en todos lados y le gritamos todo el rato ‘profesor, profesor’. Es un tipo súper callado que lo queremos mucho”.