Aunque aún queda un partido clave frente a Racing en La Bombonera, todo indica que Miguel Ángel Russo no continuará como entrenador de Boca, sin importar lo que ocurra en ese encuentro. El ciclo del DT, que comenzó con ilusión tras el Mundial de Clubes, estaría llegando a su fin con apenas ocho partidos disputados.
Un ciclo corto y sin rumbo claro
La segunda etapa de Russo al frente del Xeneize arrancó con mucha expectativa tras el regreso al Mundial de Clubes. Sin embargo, los resultados no lo acompañaron y el rendimiento del equipo fue cuestionado desde el inicio. En total, dirigió ocho encuentros, con un saldo muy pobre:
- 2-2 vs. Benfica
- 1-2 vs. Bayern Múnich
- 1-1 vs. Auckland City
- 0-0 vs. Argentinos Juniors
- 1-1 vs. Unión
- 1-2 vs. Atlético Tucumán
- 0-1 vs. Huracán
Con apenas una victoria en esa lista, el panorama deportivo fue uno de los principales motivos que empujaron la decisión dirigencial.
Russo habló de su salud y de su hijo
En la conferencia de prensa brindada este martes, Russo se mostró entero a pesar de los rumores y de la presión externa. El DT aprovechó para hablar de temas personales, especialmente de su hijo Ignacio, recientemente operado.
“Ayer fue un día duro, porque mi hijo fue operado. Está todo bien. Venimos hablando y venimos dialogando, pero ayer me tuve que dedicar a mi hijo”, explicó.
Sobre los rumores en torno a su estado de salud, el técnico pidió que no se generen versiones infundadas: “No busquen cosas donde no hay. Él tiene una mentalidad distinta”, dijo, en alusión a su hijo, pero también en una defensa implícita a su entorno familiar.
Además, dejó en claro que no se deja llevar por pensamientos negativos: “¿Cómo voy a pensar en algo negativo? Si pienso en algo negativo, lo digo yo mismo”.
Boca ya piensa en el futuro
Aunque no hay un anuncio oficial, en el club de La Ribera ya se empieza a planificar el nuevo ciclo técnico. Con un vestuario golpeado, una hinchada impaciente y la necesidad de recuperar la identidad futbolística, Boca buscaría dar un giro inmediato tras la salida de Russo, que parece inevitable.