El Gran Premio de Azerbaiyán despierta recuerdos especiales para Franco Colapinto. En ese mismo circuito urbano de Bakú, el año pasado, el piloto argentino consiguió un histórico octavo lugar que le permitió sumar sus primeros puntos en la Fórmula 1 y comenzar a forjar el camino que hoy lo tiene en Alpine.
Ahora llega nuevamente a la pista que marcó un antes y un después en su carrera, aunque con un contexto muy distinto. El auto actual de Alpine no parece adaptarse del todo a las características de un trazado tan exigente, pero Colapinto mantiene la confianza en repetir una actuación destacada. “Estoy listo para volver a Bakú, tengo buenos recuerdos porque terminé octavo el año pasado y sumé mis primeros puntos”, expresó ante la prensa oficial del equipo.
Un desafío con expectativas claras
El argentino fue contundente al hablar de sus aspiraciones para el fin de semana: “Este fin de semana nos centraremos en prepararnos para aprovechar las chances que sin duda surgirán en un circuito tan exigente. Sabemos que no será fácil, pero haremos todo lo posible para maximizar las oportunidades”, señaló. Con esas palabras dejó en claro que su objetivo es capitalizar cualquier imprevisto en una de las carreras más impredecibles del calendario.
El GP de Azerbaiyán es conocido por su combinación de largas rectas y curvas cerradas, un escenario donde la estrategia suele ser tan determinante como el rendimiento del auto. Para Colapinto, la clave estará en mantener la concentración y adaptarse a un coche que todavía presenta limitaciones respecto a sus rivales directos.
Alpine ya piensa en 2026
El equipo Alpine decidió enfocar todos sus recursos en el desarrollo del próximo monoplaza, con la mirada puesta en recuperar protagonismo en la temporada siguiente. La última mejora implementada fue una pequeña modificación en los ductos de frenos traseros, una solución menor que sirvió para mejorar la estabilidad, pero que no implica un salto de rendimiento significativo.
Según adelantó Flavio Briatore, la meta del equipo para el futuro inmediato es volver a meterse entre las ocho mejores escuderías y, si es posible, pelear por algún podio en 2026. Esa proyección explica por qué en este 2025 las expectativas son más moderadas y se concentran en que los pilotos, como Colapinto, aprovechen cada oportunidad en circuitos que suelen dar sorpresas.
Con el recuerdo fresco de lo conseguido en Bakú y la ilusión de volver a ser protagonista, Franco Colapinto afrontará una prueba clave para medir su progreso en la máxima categoría. El piloto argentino sabe que no será sencillo, pero también que en esta pista todo puede pasar.