El presente de Boca volvió a poner en el centro de la escena a Juan Román Riquelme y su papel como máximo responsable del área futbolística. Tras las salidas de Mauricio Serna y Raúl Cascini, el presidente evaluó diferentes opciones para reestructurar el Consejo de Fútbol, pero en las últimas horas tomó una determinación que modifica el panorama inmediato del club.
Lejos de cerrar la puerta a nuevas incorporaciones, Riquelme decidió que por ahora el tema quedará en segundo plano. La idea es que las decisiones futbolísticas sigan estando bajo su control directo junto a Marcelo Delgado, mientras el equipo de Miguel Ángel Russo mantenga un rendimiento competitivo.
Cómo queda armado el Consejo de Fútbol
El Consejo ahora funciona con una estructura más reducida. El Chelo Delgado aparece como la cara visible y con total respaldo del presidente. A su vez, figuras como Rodolfo Pagani, Gastón Ávila y Leonardo Sauto continúan en el Departamento de Fútbol para garantizar la gestión administrativa, ocupando el lugar que antes tenían históricos empleados que fueron reubicados en Casa Amarilla.
En paralelo, Claudio Freire y Tomás de Abelleyra cumplen tareas adicionales en prensa y comunicación, un área en la que tienen experiencia previa y que mantiene un vínculo cercano con el propio Riquelme. Esta combinación entre nombres de confianza y empleados administrativos asegura la continuidad del trabajo interno sin grandes sobresaltos.
Los nombres que esperan un llamado
Aunque el plan inmediato no es contratar un mánager, tanto José Néstor Pékerman como Carlos Navarro Montoya aparecen en el radar. El exseleccionador argentino y colombiano ve con buenos ojos regresar al fútbol desde un rol dirigencial y considera que podría aportar experiencia en la Secretaría Técnica.
Por su parte, el Mono Navarro Montoya también se mostró dispuesto a escuchar una propuesta. El exarquero de Boca ha elogiado en varias oportunidades la gestión de Riquelme y estaría interesado en sumarse a un proyecto institucional si recibe el ofrecimiento.
El panorama en Boca muestra que, al menos por ahora, Riquelme no tiene urgencia en modificar la estructura. Mientras los resultados acompañen, seguirá confiando en Delgado y su círculo más cercano, dejando abierta la posibilidad de que en el futuro se sume un mánager de jerarquía internacional.