Miguel Caneo ha sido uno de los privilegiados de jugar en el Club Atlético Boca Juniors, conformando un plantel de los dirigidos por Carlos Bianchi. El ex futbolista fue dirigido ni más ni menos que por el Virrey, y le tocó debutar en el año 2003, justo cuando la institución vivió una época dorada, con un equipo plagado de figuras que ganaron todo lo que jugaron.
De todas maneras, pese a que formó parte de un equipo más que ganador, lo cierto es que le tocó ser parte del mismo siendo muy joven, por lo que su rol dentro del grupo era más secundario. De hecho, el volante ofensivo sumaba minutos en los torneos locales, o era recambio de las figuras principales.
Su momento de mayor protagonismo lo tuvo tras irse del conjunto Xeneize. Específicamente, a Caneo le tocó tomar gran preponderancia en Quilmes, equipo del ascenso argentino con quienes le tocó, justamente, ascender a Primera siendo capitán del equipo. Y ahora, al ex futbolista azul y oro le toca asumir un rol diferente, lejos de los botines y los cortos.
Durante los últimos meses, el ex Boca fue parte de una campaña electoral para la oposición del Cervecero. Sin embargo, al no haber elecciones finalmente, el espacio político del que formó parte terminó llegando al poder en el club. Y ahora, gracias a esto el Chino se convirtió en el nuevo Director Deportivo de la institución sureña. «Como jugador, fue pieza clave en los ascensos a primera división del 2010 y 2012«, recordó la cuenta oficial de Quilmes tras anunciar su nuevo vínculo como dirigente.
La historia de Miguel Caneo en Boca
El Chino debutó con la camiseta azul y oro de manera oficial en un triunfo ante Independiente Medellín por la Copa Libertadores 2003 en La Bombonera. Con solo 19 años, Caneo jugaba como enganche y pasó a ser un «mimado» por Bianchi, que le daba confianza en duelos locales e internacionales.
Sin embargo, tras la renuncia del Virrey, el futbolista pasó a quedar relegado cuando Miguel Brindisi agarró el equipo. En total, jugó 33 partidos en el club, metió dos goles y ganó dos títulos.
