El ambiente en River se vive con máxima tensión. A días del Superclásico frente a Boca, el equipo de Marcelo Gallardo afronta compromisos decisivos que podrían definir gran parte de la temporada. Pero una situación particular puso en alerta al cuerpo técnico: tres futbolistas llegan al límite de amarillas y un nuevo castigo los dejaría afuera del partido más importante del año.
Los nombres que preocupan al entrenador son Marcos Acuña, Lucas Martínez Quarta y Lautaro Rivero, quienes acumulan cuatro tarjetas en el Torneo Clausura. Una amonestación más ante Gimnasia los suspendería automáticamente para el clásico en la Bombonera. La lógica indicaría que Gallardo podría cuidarlos, pero el DT decidió ir por otro camino.
La firme postura de Gallardo
Según reveló Maximiliano Grillo, el entrenador no tiene intención de reservar a nadie: “Los jugadores con amarilla juegan igual. Si están disponibles desde lo físico, van a jugar ante Gimnasia”, afirmó el periodista, confirmando que River saldrá con lo mejor que tiene en el Monumental pese al riesgo de perder a figuras clave.
Gallardo considera que el equipo debe mantener su identidad y no especular con el futuro. En su visión, el ritmo competitivo es más importante que el temor a una sanción, y prefiere llegar al Superclásico con todos en su mejor nivel físico y futbolístico.
Un calendario sin margen
Antes de enfrentar a Gimnasia, River tendrá otra prueba de fuego: la semifinal de la Copa Argentina ante Independiente Rivadavia, este viernes a las 22:10 en el Mario Alberto Kempes. El resultado de ese encuentro no solo puede definir el ánimo del grupo, sino también el esquema que el Muñeco elegirá para los partidos siguientes.
El cuerpo técnico confía en que el plantel responderá bien desde lo físico, pese a la exigencia del calendario. Si todo sale según lo planeado, Gallardo podrá contar con su once ideal tanto en la Copa como en el clásico frente a Boca, dos desafíos que podrían marcar el rumbo del semestre.