Leandro Paredes habló en vísperas del amistoso de la Selección Argentina frente a Venezuela, sobre el fallecimiento de Miguel Ángel Russo y reveló porque no retornaró al país para participar del velatorio del entrenador de Boca. La figura del Xeneize también se mostró muy emocionado.
«Enterarse de la manera que nos enteranos nosotros fue duro, muy triste, en el medio del entrenamiento. La reflexión de ver cómo la gente fue a despedirlo y cómo le dio cariño a su familia es algo espectacular. Me lo comunicó el presidente, el Chiqui (Claudio Tapia), justo lo habían llamado minutos antes. Una situación difícil porque el dolor es muy grande», comentó el volante de 31 años.
Respecto del momento en el que le tocó viajar a Miami, el campeón del mundo sostuvo: «Estuve toda la semana pendiente de cómo estaba Miguel no solo con mis compañeros sino también con Román (Riquelme), el cuerpo técnico del club, el entrenador de la Selección, que también estaban preocupados por la situación».
Luego, el mediocampista reveló su predisposición a viajar: «Le mandé mensajes obviamente a todo el cuerpo técnico, a su mujer también, quería estar cerca. Nos pusimos a disposición en el momento de la noticia de qué hacíamos, si viajaba o no. Tomamos la decisión porque el cuerpo téncico me dijo que Miguel hubiese querido que yo me quedara acá, que juegue, que lo homenajee jugando al fútbol y eso fue lo que decidimos».
Continuó: «Es lo que me dijo todo el cuerpo técnico de él, se hubiese enojado mucho si dejaba la concentración de la Selección para estar ahí, hubiese querido que lo repesente mañana de la mejor manera y trataré de hacerlo jugando al fútbol».
Además recordó a Míguelo con palabras de afecto: «Me quedo con todo, el legado que deja y la huella que seguramente el tiempo no borrará nunca. Creo que se ganó lo más importantes de este ambiente: el respeto de todo el mundo. Tengo solo palabras de agradecimiento, nos enseñó cómo vivir este deporte, la pasion con la que vivió hasta el último día el fútbol, lo que ha logrado por el fútbol argentino, por nuestro club».
«Me llevaré muchas cosas porque en uno de esos jueves en los que él me hacía hacer solo 20 minutos aprovechaba para hablar de todo y le preguntaba cómo estaba. Casi siempre me respondía que mientras estuviera adentro de La Bombonera iba a estar buen y contento. Con la pasión vivió hasta el último día el fútbol y nuestro club es algo grandioso», rememoró.
Por último sentenció: «La gente del entorno decía que a veces ellos le recomendaban estar en casa y se enojaba mucho porque al él lo que le daba fuerzas era estar con nosottros en su club, en su equipo, y lo intentó hasta el último día».
