La triste noticia del fallecimiento de Miguel Ángel Russo golpeó a todo el mundo del fútbol. Y en especial, los hinchas del Club Atlético Boca Juniors sienten esta partida, el adiós de un prócer como entrenador, que deja un legado no solo como trabajador, sino también un legado de vida, luchando contra todas las adversidades que se le pusieron en frente. Justamente, su historia en la institución también fue marcada por problemas que tuvo que solucionar.
Durante sus tres etapas calzándose el buzo de entrenador del conjunto Xeneize, hubo climas diferentes, pero siempre tuvo que buscar recuperar la sonrisa del equipo y de los hinchas.
Las tres etapas de Russo, haciendo volver a sonreír al Mundo Boca
En el año 2007, el club de La Ribera venía de perder el tricampeonato local, pero Miguelo cumplió con las expectativas más rápido de lo que se esperaba, ganando la sexta Copa Libertadores del club, la última hasta ahora, con un Juan Román Riquelme estelar dentro del campo de juego.
Luego, tocó afrontar su segundo ciclo en Brandsen 805 para levantar a un Boca golpeado, que sufría la tremenda racha de River y las eliminaciones ante el rival de toda la vida en 2018 y 2019. Russo llegó y cortó con esa tendencia, arrebatándole al Millonario la Superliga 2019/20 en la última fecha.
Finalmente, a mediados de 2025 JRR volvió a elegir a Miguel para enderezar el rumbo post ciclo de Fernando Gago. Y su debut fue ni más ni menos que en un Mundial de Clubes donde dio partidazos a Benfica y Bayern Münich. además de que volvió a unir al grupo, tal como pasó en 2007, y le permitió a los hinchas volver a sonreír e ilusionarse, enderezando el rumbo hacia la clasificación a la Copa Libertadores 2026.
El conmovedor pacto entre Riquelme y Russo
Cuando Riquelme llamó a Russo para ofrecerle volver, el técnico reconoció que «las cosas no estaban bien«, pero soltó una fuerte frase: «Si me va a pasar algo, que sea en Boca«. Ante esta determinación, Román aceptó y Miguelo se despidió como quiso, con la ropa del club.