Parecía que nunca iba a decir adiós, que el romance entre él y la pelota era algo sagrado y podía contra todo: el paso del tiempo, la droga, las suspensiones por doping, pero Diego Armando Maradona, endiosado por muchos, demostró ser un hombre de carne y hueso. Y un día dijo basta y un 25 de octubre, pero de 1997, a punto de cumplir 37 años, nada menos que en un River versus Boca en el Monumental sería su última función dentro de una cancha según reconstruyó la web de ESPN.
Aunque más tarde llegaría el merecido y emotivo partido despedida en La Bombonera, el Superclásico en el Antonio Vespucio Liberti fue su último match oficial yestuvo lejos de ser el ideal. Sonó a despedida triste, forzada y, de alguna forma fue así, empujado por la coyuntura de esas jornadas turbulentas.
Casi dos meses antes, el 28 de agosto, el nacido en Villa Fiorito había vuelto a ser noticia por doping. La mala nueva se conoció tras un partido entre el club boquense y Argentinos Juniors, que los “Xeneizes” vencieron 4-2. Parecía la mano de K.O. que se necesitaba para no ver más al eterno capitán en un campo de juego por un encuentro por los puntos.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) lo había suspendido provisionalmente y fuentes de la FIFA aseguraban: «Este es un caso de reincidencia, lo cual agrava las cosas. Maradona no va más».
Sin embargo, el “10” fue por más y sus abogados se presentaron ante la Justicia y lograron una medida cautelar de no innovar aprobada por el juez Claudio Bonadío, un hecho inédito hasta el momento en situaciones de esa naturaleza. De este modo, el futbolista volvió a quedar habilitado para jugar.
Muchos esperaban el milagro. «Maradona es Maradona y siempre puede sacar un conejo de la galera», se ilusionaban los simpatizantes. La falta de fútbol que se le había notado en las prácticas se reflejó también en el estadio del “Millonario”. La estadística dice que el ex “Bicho” jugó 45 minutos; dio 20 pases acertados, cinco malos, le hicieron una falta, cometió dos, perdió cuatro balones y pateó una vez al arco. En el entretiempo fue sustituido por Juan Román Riquelme.
